30/9/07

Aprovechar el tiempo

Todo es nada, y menos que nada, lo que se acaba y no
contenta a Dios

Teresa de Ávila

¿Recuerdas al desaparecido grupo de ELLA BAILA SOLA? Me viene a la cabeza una canción suya que decía: Que se me va de las manos entre el humo de los coches el verano, que se me olvida la gente que con más o menos suerte me ha ayudado

Efectivamente el verano se ha acabado. Ya hemos visto el anuncio de “Volver a empezar otra vez” de El Corte Inglés (aunque sin la famosita canción) y nos ha vuelto a producir esa sensación de gritar a los cuatro vientos que no se acabe todavía el verano. Pero la realidad es esta: comienza un nuevo curso, y que provechoso sería que lo acompañasemos de hacer examen para ver nuestros fallos en el curso pasado, tomar nota de posibles soluciones y motivarnos a saco para ir a por ello.

Cuando hablamos del curso no sólo nos refererimos al académico, también al resto de ámbitos de la vida. Sería bueno que te preguntaras si a ese talento que nos da Dios, el tiempo, sabes sacar el máximo rendimiento para poder volcarte en tu familia, en tus amigos y en Dios.

FAMILIA

Quizás tengas que ver, ya que la vida es complicada y no diponemos de mucho tiempo, si aprovechas al máximo los momentos que pasas en casa para estar con tus padres.

¿Te interesas por ellos? Les preguntas para ver cómo les ha ido el día. Cuando les ves una cara larga, les preguntas qué les pasa.

¿Les echas una mano? Ya sabes que la comida no se hace sola, la mesa tampoco se pone sola, que la habitación sin Mary Poppins no se ordena sola, que hay que sacar al perro, la basura…

¿Disfrutan ellos contigo, disfrutas tú con ellos? ¿Eres la alegría de la casa? Esfuérzate porque cada vez que vengas de la Uni o del trabajo dedicarles una sonrisa. Que tu compañía sea aire puro para ellos en su dura jornada laboral.

AMIGOS

Quizás a veces no sabemos ordenarnos bien y no cuidamos los pequeños detalles: una llamada telefónica, una postal o un crisma, un email, llamarles el día de su cumple, estar actualizados de su vida, interesarnos por sus problemas…

Preocuparnos por sus historias, por sus estudios… Ver si podemos hacer algo para hacerles la vida un poco más llana. Eso a veces simplemente se consigue con cosas que valen poco, pero que cuestan mucho, como el mero hecho de estar ahí, que cuenten con nosotros siempre.

TRABAJO//ESTUDIO

Que sepas ir al día con el temario, que no te pegues esas palizas de última noche. Lucha por tener una constancia en tu estudio, que sepas que le tienes que dedicar un tiempo muy necesario.

Te ayudará mucho pelear por ser más ordenado. Aprender a medir distancias a la hora de los exámenes y de la entrega de trabajos. También para no perder tiempo y sacarle más partido.

ACTIVIDADES

Saber que, además del trabajo, tenemos que desconectar y airearnos.También porque así rendiremos más en el estudio, en el trabajo. Por ello, guarda un tiempo para tus aficiones, para el deporte, para salir con los amigos, para leer. Insisto, para LEER.

CON DIOS

No sé si le dedicas un tiempo, no sé si todavía no has descubierto el tesoro que es tenerle de compañía. Sea tu respuesta SÍ o NO, anímate a intentar buscar las pistas que Él te va dejando: que a veces ves en este CIRCULAR, otras veces en amigos, otras veces en cosas que te ocurren. Y si con ello te lanzas, aprende a dedicarle tiempo, a intentar hacer de la ORACIÓN parte de tu vida, para que Dios viva junto a ti y tú junto a Dios. Así, como dice la canción que tienes en el video de abajo, sea SÓLO CRISTO QUIEN VIVA EN TI.

Por acabar, a la hora de hacer examen y querer erradicar los malos hábitos hay que ir a la raíz de los problemas. No vale quedarse en la perifería, si en tu casa nunca estudias porque tienes el messenger al lado, VETE A LA BIBLIOTECA. Si no te acuerdas de llamar a los amigos que sólo ves de pascuas a ramos, CÓMPRATE UNA AGENDA, etc etc etc. Se creativo, busca soluciones. Y si aún con todo esto hay cosas que te superan pídele a Dios lo que no puedas. Mientras tú pongas todo lo que esté en tu mano, Él va ayudarte en las cosas que no puedes. CONFÍA EN ÉL.

No dejes que si algo no salió del todo bien el curso pasado te desanime. Ahora tienes una nueva oportunidad para mejorar tus marcas. Hoy te animo a que luches contra esas malas inclinaciones que todos tenemos, contra la pereza, el egoismo, la comodidad, y que seas valiente y sepas lo importante que son tus amigos, tu familia y Dios en tu vida. Que no les vuelvas a dar la espalda, que luches por mejorar en pequeñas cosas para conseguir grandes logros el día de mañana. Busca y concreta, y, si te ves sin fuerzas, pídeselas a Dios.





22/9/07

Aprender a escuchar

No prefiráis nada a Cristo, ya que Él nos prefiere ante
todo lo demás

San Cipriano


Prisas, falta de tiempo, estrés… son algunos elementos que describen la vida moderna. No son factores determinantes, pero sí que es verdad que a veces deterioran algo tan importante como es el escuchar a los demás, el dedicarles tiempo. Y, atención pregunta: ¿Qué es escuchar? Tienes 3 segundos para responder, tic tac tic tac… ¿No se te ocurrió nada? Una posible definición de ESCUCHAR es “acoger a la otra persona”. A veces reducimos la definición al puro “enterarnos del discurso y ser capaces de responder”. No, hijo/a mío/a. No sólo es eso porque sino se pierde a la persona.

¿Para qué sirve “saber escuchar”? En realidad si queremos comunicarnos necesitamos escuchar. Seguro que alguna vez te has encontrado con alguien que suele interrumpirte constantemente cuando hablas con él/ella, quizás no lo haga con mala intención pero es incapaz de dejarte hablar más de un minuto y únicamente interpreta tus dos palabras y te aburre con miles de sus anécdotas. Lógicamente eso no es escuchar. Porque no está acogiendo, no ves pruebas de que intente entender ya no sólo tu discurso, sino lo que piensas, lo que sientes, lo que quieres transmitir. Pero no nos creamos expertos en “saber escuhar” porque este ejemplo no se identifique con nuestra vida. Todos necesitamos “aprender a escuchar”. Sígue leyendo…

Dificultades para acoger a los demás:

Nos cuesta, por nuestro ritmo de vida, hacer un hueco en nuestra agenda para quedar con amigo que nos necesitan. Pero no sólo es eso, cuando estamos en ese diálogo, tenemos que hacer un hueco dentro de nosotros mismos para dejar a un lado el trabajo que tienes que hacer después, que tienes que fregar los platos, tienes sueño… Si quieres escuchar a alguien tienes que aprender a dejar tu persona para meterte en la piel de tu amigo. Por esta razón, tienes que saber que no solo se escucha con los oidos, sino que se escucha con todo el cuerpo. A veces creemos que da igual hablar por teléfono con una amiga a quien le ha dejado el novio y podemos al mismo tiempo estar mirando el horario del cine en intenet (claro, como ella no te ve piensas que se puede hacer). Igual te puede pasar que a veces en clase un colega te está contando lo que ha hecho el finde y tú de mientras no sueltas el MARCA. No puedes hacer estas cosas porque los ojos ponen tapones a los oidos. Tienes que luchar por poner toda la atención en alguien, incluida tu cabeza, y más cuando lo que nos cuentan es algo importante para la otra persona, es parte de su intimidad.

¿No te ha pasado alguna vez que has tenido que ir a rellenar un papel a la universidad, al ayuntamiento, al trabajo etc, y después de que te atendiesen dices “pero si no me ha hecho ni caso”, y POR QUÉ?. Pues porque el que te ha atendido no ha dejado de mirar la pantalla del ordenador, porque ni siquiera te ha mirado a la cara, porque no te ha dado ni lo buenos días o te ha dicho hola. Es por eso por lo que tenemos que ser conscientes de que no nos sobra el tiempo, pero escuchar bien a alguien no está reñido con el tiempo sino con la intensidad. Si ponemos los cinco sentidos en la otra persona todas nuestras relaciones con las personas, sean ocasionales (como ir al médico, al kiosko, hablar con nuestro jefe…) o duraderas (familia, amigos, compañeros…) mejorarán nuestra vida y las de los demás.

Hay otras ocasiones que no es por no tener tiempo, simplemente el problema viene porque tenemos miedo a cambiar cosas nuestras si escuchamos a alguien. Sabemos que si nuestro amigo tiene razón, y el pensar lo que nos dice nos exige dar algún paso, decidimos que es mejor no enterarse de ciertas cosas. Así ocurre que el que no estudia no quiere escuhar a sus padres o a su mejor amigo para que no escuche el “tienes que estudiar más”. Por eso también algunas veces huimos del silencio, huimos de la presencia de Dios, de hablar con gente que nos haga cuestionarnos nuestro itinerario de vida si nosotros sabemos que tendríamos que actuar de otra forma, pero… , como sabemos que cuesta, preferimos dejar que las manecillas del reloj sigan pasando y, ya si eso, mañana cambiaremos algo.

No dejes que unos malos hábitos te impidan descubrir el oro de la vida que se esconde en los pequeños detalles. Esta semana pregúntate cómo escuchas a los demás, examínate y ponte metas concretas. No te asustes pues todos necesitamos aprender.

Si quieres más… espera a la semana que viene porque este nuevo CURSO 2007/2008 en CIRCULAR vas a ver y aprender muuuuchas cosas…


16/9/07

Alguna vez has pensado si..

¿te haces preguntas?, ¿por qué no te las haces?

¿es porque huyes del silencio?
¿te da miedo?

¿cuál es tu fin en la vida?
¿qué te mueve?

¿qué quieres alcanzar? porque... querrás alcanzar algo, ¿no?
¿tienes una meta?

¿por qué darías la vida?, ¿la darías?



... en los momentos duros, ¿merece la pena seguir?

¿para qué esforzarse?

¿le sabes encontrar sentido a los problemas?

¿qué es para ti lo más importante?

cuando se hunde todo, ¿por qué sigues?,
¿de dónde sacas las fuerzas?


¿te acuerdas de Dios?

¿tienes presente a Dios en tu vida?
¿dónde, cuándo, cómo?
¿Dejas sitios donde Él no esté?

En la vida las cosas suelen complicarse. Cuando brotan los problemas, germinan las dificultades, hay que encontrarle un sentido a la lucha. Hay que seguir en pie.

Para el cristianismo, la vida es como un tapiz visto desde la parte de atrás. Cuando lo miras, está lleno de nudos, de hilos que se cruzan de arriba a abajo. Muchas veces igual que en la vida (suspensos, accidentes, enfermedades, etc). Lo miras y muchas veces no puedes lograr entenderlo.

Confía, ten fe. Porque llegará el día en el que se le dará la vuelta al tapiz. Así, todos los nudos que veías, desilachones que no entendía, cobrarán sentido cuando lo veas dado la vuelta. Y todas las miserias y penas cobrarán sentido. Cuando lleguen el cielo y la tierra nuevos entenderemos por qué tantos esfuerzos en esta tierra vieja y caduca. Nunca lo olvides, simpre vale la pena seguir, vale la pena vivir.

PS: Si te cansas, si a veces te pueden los problemas, entrégaselos a Dios. Apóyate en sus hombros. Contempla a ese Dios que te mira desde la Cruz con los brazos abiertps. Dile que le necesitas, que quieres que te ayude. Entrégale todo y confía en Él. Confía en quien te quiso tanto que dió la vida por ti, y la daría de nuevo, tantas veces como fuera necesario, por ti.


Aspectos de la oración

Debemos orar también porque somos frágiles y culpables. Es preciso reconocer humilde y realistamente que somos pobres criaturas, con ideas confusas, tentadas por el mal, frágiles y débiles, con necesidad continua de fuerza interior y de consuelo
Juan Pablo II


Vale, venga, voy a empezar a rezar todos los días 5 minutos pero, ¿cómo?, ¿qué hago, qué digo? Tranquilidad (Sigue leyendo)

La tradición cristiana dice que hay tres formas de rezar:
1. Oración vocal. Serían todas las oraciones aprendidas. Padrenuestro, Avemaría
2. La meditación o diálogo. Que sería empezar un diálogo con Dios
3. La oración contemplativa. Quedarse “embobado” mirando a Dios como lo hacen entre sí los enamorados. “estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama”

Hoy nos centraremos en la 2ª: el diálogo con Dios. Se trataría de ponerse en presencia de Dios, recogerse interiormente, y desglosar nuestras preocupaciones ante Dios. Contarle que hoy te ha dado pereza despertarte pronto, que hoy has sido un poco gruñón/a con tus colegas, que a veces no soportas mucho a esa persona que siempre acude a ti en el momento menos oportuno. También contarle nuestras alegrías: hoy te ha escrito una carta el chico/a que te mola de clase, hoy has sacado un 9 en mates, etc. Contarle a Dios lo que te ilusiona, contarles tus sueños, tus aspiraciones. Dile, con total confianza, que te gustaría haberte portado mejor con aquellos con quienes te has portado mal, y pídele mucha ayuda. Ya que Dios es tu Padre, y Él seguro que te echa un cable.


Sin duda tienes que darte a conocer a Dios, igual que cuando hablas con tus amigos por teléfono o por Messenger. Tienes que darte a conocer, contarle lo que se te pasa por la cabeza. Y pedirle muchísimas cosas para los demás y para ti.

Otra parte es la de escuchar. Hay que estar bien atentos, pero si empiezas a rezar pronto verás cuál es la voluntad de Dios. Dónde te pide que te esfuerces más. Quizás te pide que seas más ordenado, que estudies antes de ir al ordenador, que trates mejor a tu madre, etc. Dios, como cualquier amigo/a que te quiera, te va a exigir. Y encima te va ayudar para que vayas mejorando. Como un entrenador personal, te va a ir orientando para mejorar tu trato con los demás, te va a ayudar a que te conozcas más a ti mismo y a que seas sincero contigo mismo. Es un lujo tener a Dios de colega, no le niegues su cariño.

Por último, un secreto. Un factor importantes es el de CONCRETAR. Que cada vez que reces concretes con Dios pequeñas metas, cosas chiquitillas que hayas visto que tienes que hacer: hablar con ese amigo con el que ayer te enfadaste, echar una mano a poner la mesa, estudiar con más atención, etc. Saca propósitos, y pídele ayuda para cumplirlos



La oración es el reconocimiento de nuestros limites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y retornamos a Dios. Por lo tanto, no podemos menos de abandonarnos en Él, nuestro Creador y Señor, con plena y total confianza
Juan Pablo II

Amar




Por qué hacer oración


Orar no significa sólo que podemos decir a Dios todo lo que nos agobia. Orar significa también callar y escuchar lo que Dios nos quiere decir
Juan Pablo II


Es triste, pero es una realidad. Hoy en día los creyentes rezamos muy poco o ni siquiera rezamos. ¿Por qué? Paso, No tengo tiempo, No sé cómo empezar, etc. Son algunas de las miles de cosas que se nos pasan por la cabeza a la hora de plantearnos la posibilidad de empezar a hablar con Dios. Ahora bien, lee esto:

Estás, seguro, harto de ver un anuncio en TeleCinco llamado “la Fuerza del 5”. Y es cierto, te lo explico. En nuestro día cualquiera puede dedicar 5 minutos a algo.





5min todos los días de la semana son 35min semanales
35min X 52 (semanas que tiene el año) hacen 1.820min
1820 min X 75 años
(media de edad de mortalidad española) hacen 136.500min
136 500min son 2 275 horas
2 275 horas son 94 días
94 días
son 3 meses
3 meses corriendo te ponen en forma, 3 meses estudiando, sin parar, hacen de ti un Mister Sobres y 3 meses (de 24h diarias) rezando te CAMBIAN LA VIDA.


La oración puede cambiar vuestra vida. Ya que aparta vuestra atención de vosotros mismos y dirige vuestra mente y vuestro corazón hacia el Señor. Si nos miramos solamente a nosotros mismos, con nuestras limitaciones y nuestros pecados, tomará cuerpo en nosotros con suma rapidez la tristeza y el desconsuelo. Pero si tenemos nuestros ojos fijos en el Señor, entonces nuestro corazón se llenará de esperanza, nuestra mente se iluminará por la luz de la verdad, y llegaremos a conocer la plenitud del Evangelio con todas sus promesas y su vida
Juan Pablo II



¿Eres creyente?, pues que pena será que el día el día de tu muerte subas a la puerta del cielo y te encuentres de frente con desconocido: Dios. ¡Qué diferente hubiese sido si hubiese rezado TODOS los DÍAS 5 miseros minutos! En vez de delante de un desconocido, estarías delante de un COLEGA. Esos 3 meses de tu vida hubieran hecho que conocieses a una PERSONA que te quiere, que te aprecia por como eres. También con tus defectos. Conocerías a un amigo que dio la vida por ti en un Cruz. Un amigo que puede acompañarte en cine, puede nadar contigo en la playa y tomar el sol, puede ayudarte a saber que tienes que esforzarte más en clase, en tus estudios, en tus amistades. Porque ese AMIGO te hubiese hecho entender que puedes hacer, simplemente, lo cotidiano o puedes dar gloria a Dios y servir a los hombre haciendo lo cotidiano.

Si hoy empiezas a rezar todos los días 5 minutos tu vida, y la del mundo, cambiarán para siempre. ¿Te apuntas al reto?

¿Qué es la oración? Comúnmente se considera una conversación. En una conversación hay siempre un «yo» y un «tú». En este caso un Tú con mayúscula. La experiencia de la oración enseña que si inicialmente el «yo» parece el elemento más importante, uno se da cuenta luego de que en realidad las cosas son de otro modo. Más importante es el Tú, porque nuestra oración parte de la iniciativa de Dios
Juan Pablo II

Cómo lo concretamos...
  • Concrétate 5 minutos al día para dedicarlos a Dios. Un momento tranquilo, en un sitio tranquilo (una iglesia, tu cuarto, un parque)
  • Cógete un Evangelio y reza con él. Si no tienes vete a estas webs:

    http://es.catholic.net/biblia/

    http://www.pastoralsj.org/ (en el apartado de BIBLIA)
  • Pregúntale muchas cosas a Dios, y oirás dónde quiere que luches
  • Concreta con Él pequeñas metas y, con el tiempo y la ayuda de Dios, se transformarán en grandes victorias.
  • Ayúdate de los circulares y de los textos de CIRCULAR
  • Y, sobre todo, recuerda que hacer oración es pasar un tiempo con una Persona amada. Unos días saldremos animados de la oración y otros no, pero es que lo importante en el amor no es uno mismo sino el otro. Lo importante es pasar con Él ese tiempo. Asique no te desanimes, tu perseverancia es la llave para el triunfo final.

Libertad





Presencia de Dios

“Dios está en todas partes”. A menudo habrás oído esto cuando eras pequeño. Y es cierto, a Dios lo podemos encontrar en la naturaleza, en nuestro organismo, en pequeños detalles de la vida, en los gestos de generosidad de nuestros amigos, en una llamada de teléfono, etc. Detrás de todo esto está Dios. Pero saber esto qué nos aporta.

Recuerdas cuando eras pequeño y creías en los Reyes Magos, ¡qué tiempos, verdad! Seguro que si haces memoria vuelves a escuchar a tus padres diciéndote “pórtate bien que los Reyes lo ven todo”. Y tú, con la inocencia de los niños, dejabas de portarte mal y te esforzabas por hacerlo mejor.

Pues, el saber que Dios está todo el día con nosotros, que desayuna contigo mírandote como comes tus cereales marca “Carrefour”, que se sube al vagón del metro contigo, que te quiere animar a esforzarte para atender en clase, que está apoyándote cuando te da pereza de estudiar por la tarde, … tiene que darte fuerzas para esforzarte a lo largo del día. Si tuviesemos más PRESENCIA DE DIOS a lo largo del día sabríamos que no se pueden hacer chapuzas en la vida, que no se puede perder el tiempo, que no se puede ser egoísta, que hay que ayudar mucho más a tus amigos. Porque Dios está contigo todo el día. Y si eres consciente de esto, le pedirás mucha más ayuda en tu jornada. Le pedirás por ese de clase que sufre porque no aprueba ni una; si vives en presencia de Dios oirás a Cristo susurrarte el vencer la pereza y portarte mejor en casa. Oirás que Dios te quiere, y como te quiere te exige que quieras a los demás. Que encuentres a Dios en todo el que te rodea, y que les ames como Dios les amaría.

También tienes que ser consciente de que Dios te busca continuamente a lo largo del día. Que cuando a veces te hartas y te encierras en tu cuarto porque crees que nadie te entiende, Dios está al otro lado de la puerta esperando a que abras para darte un abrazo. Que Dios te quiere más de lo que crees, que dio la vida por ti en la Cruz. A veces cuando sientes ese “me falta algo” en tu vida, es porque tienes que acabar de convencerte de que ese Algo, no es Algo sino ALGUIEN, y ese Alguien es Dios.

“Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza (…). Nos has hecho para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en Ti ”
San Agustín


Pero, ¿cómo y dónde encontrar a Dios? Te sorprenderás, pero es en tu vida cotidiana. Es estudiando el examen de mañana, es yendo al cine con tus colegas, es estando en casa con tus padres, es en una llamada a un amigo que hace mil que no le llamas, es esforzándote por no hacer chapuzas en tu vida, es esforzándote por ser generoso con tus compañeros, etc.

“Allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo. Es en medio de las cosas más materiales de la tierra donde debemos santificarnos, sirviendo a Dios y a todos los hombres. En la línea del horizonte, hijos míos, parecen unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria…”
San Josemaría

Cómo lo concretamos...
  • Poner los 5 sentidos en lo que haces. Ofrécelo por tu gente
  • Pensar en Dios, que te acompaña en tu día.
  • Saludarle físicamente, si pasas cerca de alguna iglesia. O con tu pensamiento, si no tienes la ocasión.
  • Encomendar a tu Ángel de la Guarda, pa´ que te eche un cable
  • Vívela presencia de Dios con naturalidad, sin rarezas
  • También aprovechar los medios materiales: cambiarse el reloj de mano, el móvil de bolsillo, ponerse imágenes de la Virgen a la hora de estudiar

Que nos aportará:

  • Rectituz de intención
  • Da serenidad y paz. Dejar las cosas, sobretodo las malas, en las manos de Dios.Confiando en Él
  • Ver a Dios en todos. Y así ver la vida como un don maravilloso donde poder servir, en todo momento, a Dios y a los hombres.

14/9/07

Consejos para rezar

Dios responde con claridad, pero no todos entienden con claridad. Todos preguntan lo que quieren, pero no todos oyen lo que quieren. El que mejor escucha y obedece a Dios es el que no se preocupa de oírle decir lo que desea, sino que se esfuerza por querer lo que Dios le dice.
San Agustín



No pienses en cosas raras, si te animas a empezar a rezar vale con que le dediques un ratito diario a Dios, por ejemplo empieza con 5 minutos al día ¡Ala! Qué dices…qué poco. ¡Que no! Son cinco minutos de hoy, de mañana, pasado, al otro, etc… cinco minutos diarios de toda una vida son miles de horas dedicadas a Dios. ¡Se generoso!, Él te lo devolverá con creces.

LUGAR

  • En realidad, puedes rezar en cualquier parte pero, para que te ayude, el sitio debe animarte a un silencio tanto externo como interno.
  • Algún día te podrás escapar a una iglesia, que es la mejor opción, delante de un sagrario.
  • Pero otras veces no podrás por tiempo o sitio, así que por supuesto que puedes hacerla en tu cuarto tranquilamente.
  • En verano, cuando vayas al pueblo, puedes escaparte un ratito y contemplando el paisaje aprovechar para hablar con el de “Arriba”.
  • En invierno, es muy especial hacerla delante de un belén.
  • Mientras te ayude a recogerte interiormente, y que no tengas distracciones externas, puedes empezar a rezar.

HORA

  • La hora, la que mejor te venga por tu horario. Es importante que sea un hora fija, más que nada porque ya sabes como se puede complicar un día (curro, deberes, exámenes, teléfono, imprevistos…); también es importante que sea una buena hora, porque si lo dejas para el final del día, cuando te estas poniendo el pijama…(entre tú y yo)… ¡lo mismo rezas algo!, jeje

AYUDA

  • Es bueno que te ayudes de un evangelio, o un libro o texto piadoso (como los que recibes con “circular”) porque no siempre te será tan fácil contarle a Dios lo que te pasa, o quizás habrá días que no se te ocurra nada. Cuando medites esos textos en tu oración, busca ver que te dicen, qué te quiere decir Dios con él.
  • Es útil pillarte una agendita, o un cuadernito. Te servirá para concretar cosas con Dios: luchas, metas, ilusiones, fallos, propósitos que os marquéis. Por que sino puedes caer en que una oración inconcreta. Y Dios quiere que luches y que te pongas metas para querer más y mejor a tus padres, amigos, compañeros. Quiere que te examines junto Él (hablo de Dios, claro XD) de cómo trabajas, de si eres vago o no, puntual, ordenado o desordenado, chapucero o detallista; quiere que te examines para ver que tal es el trato con tu familia, con tu gente; quiere que seas generoso y que le pidas MUCHAS COSAS, por tu abuela para que se mejore, por tus exámenes, por tu estudio para que no seas vaguete, para pedirle que te enseñe a rezar, que te aumente la fe, para pedirle oír su voz y así saber su voluntad…etc. El objetivo de tu oración debe ser conocerte, conocer a Dios y que Él te conozca a ti.


Esto es lo que Jesús piensa de ti

Si nadie te ama, mi alegría es amarte.
Si lloras, estoy deseando consolarte.
Si eres débil, te daré mi fuerza y mi entrega
Si nadie te necesita, yo te busco
Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.
Si estás vacío, mi plenitud te colmará.
Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas.
Si quieres caminar, iré contigo.

Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
Si estás cansado, yo soy tu descanso.



Si pecas, soy tu perdón.
Si me hablas, trátame de tú.
Si me pides, soy don para ti.
Si me necesitas, te digo: aquí estoy, dentro de ti.
Si te resistes, no quiero que hagas nada a la fuerza.
Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
Si eres infiel, yo soy fiel.
Si quieres conversar, yo te escucho siempre.
Si me miras, verás la verdad de tu corazón.
Si estás en prisión, te voy a visitar y a liberar.
Si te quiebras, curo todas tus fracturas.
Si te manchas, no quiero que salves las apariencias: Yo te limpio.
Si piensas que soy tu rival, yo no quiero quedar por encima de ti.
Si quieres ver mi rostro, mírame, aquí, en la Eucaristía.
Si estás excluido, yo soy tu aliado.
Si todos te olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote
Si no tienes a nadie, me tienes a mí.
Si buescas el silencio, mi Palabra habitará en tu corazón.

Qué es hacer oración

No digáis que no sois dignos de Él. Es verdad que no sois dignos, pero le necesitáis. Si lo que Nuestro Señor hubiese tenido en cuenta hubiese sido nuestra dignidad, nunca habría instituido su hermoso sacramento de amor, pues nadie en el mundo es digno de él, ni los santos, ni los ángeles, ni los arcángeles; pero Él ha tenido en cuenta nuestras necesidades, y todos tenemos necesidad de Él. No digáis que sois pecadores, que tenéis demasiadas miserias y que es por lo que no os atrevéis a acercaros. Sería tanto como alguien que dijese que está demasiado enfermo, y que por eso no quiere probar un remedio, que no quiere llamar al médico.
Hijos míos, si comprendiéramos el precio de la santa comunión, evitaríamos hasta las mínimas faltas para tener la felicidad de poder comulgar más a menudo.
Conservaríamos nuestra alma siempre pura a los ojos de Dios

Santo Cura de Ars

A veces nos encerramos en nosotros mismos pidiendo cosas y ayudas para esta vida, olvidándonos de Dios, del prójimo y de las cosas que benefician a nuestra alma.

Hay un refrán popular que reza "Solo se va al pozo cuando tiene agua", y desgraciadamente a veces sólo hacemos oración o nos dirigimos a Dios cuando tenemos un problema tan grave que no encontramos la manera de resolverlo solos. También nos acordamos de Dios cuando queremos algo: una nueva casa, un nuevo coche, que nos consiga un trabajo, etc. en ocasiones muy poco nos acordamos de Él para alabarlo por las maravillas que hace todos los días. Es necesario poner a Dios primero en nuestra oración, porque Él nos lo da todo y es infinitamente generoso. Si le damos las gracias a un camarero porque nos sirvió un café en un restaurante, ¿No tenemos acaso una obligación infinitamente más grande con el Sumo Creador, que nos da vida, la luz del sol, el aire que respiramos y que lo ha hecho sin tener ninguna obligación? Nuestra oración debe comenzar por Él y no por nosotros.


Ahora bien, es perfectamente válido pedirle a Dios lo que necesitamos, Jesucristo nos ha enseñado a hacerlo y a tenerle confianza y solicitarle lo que nos hace falta:


"Yo os digo: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!" Lc 11, 9-13

El problema está en que a veces únicamente le pedimos cosas materiales y temporales ¿Y dónde dejamos a nuestra alma?

El Santo Cura de Ars en su Sermón sobre la Oración dice "Podéis pedir cosas temporales... mas siempre con la intención de que os serviréis de ellas para gloria de Dios, para salvación de vuestra alma y la de vuestro prójimo; de lo contrario, vuestras peticiones procederían del orgullo o de la ambición; y entonces, si Dios rehúsa concederos lo que le pedís, es porque no quiere perderos".
Es importante reflexionar que antes de pedir cualquier cosa temporal, hay que pensar en pedirle a Dios que perdone nuestras faltas y las ofensas que contra él hemos cometido. Como seres humanos podemos muy poco. Tendemos a ser débiles, a que nos falte voluntad, generosidad, Fe. ¿Qué hacer entonces? ¡Pues pedirle su ayuda! Rogarle que haga del nuestro un corazón generoso, que nos ayude a tener más y más fe. Esto lo expresa muy bellamente (y puedes llevarlo a tu oración si te faltan palabras) el Papa Clemente XI en el primer párrafo de su "Oración Univeral": "Creo en Tí, Señor, pero ayúdame a creer con más firmeza; espero en Ti, pero ayúdame a esperar con más confianza; te amo, Señor, pero ayúdame a amarte más ardientemente; estoy arrepentido, pero ayúdame a tener mayor dolor"
Si ponemos primero a Dios en nuestra oración, entonces vamos por el camino correcto

Y, ¿qué es la oración?
La oración es un camino. Orar es una gran aventura y un gran misterio que todo cristiano debería vivir con inten­sidad. Orar es acercarse a Dios para entablar un diálogo amoroso. Orar es amar, reír, llorar, soñar, pero
también es comprometerme, responsabilizarse, confiar, esperar...

Orar no es pasar un rato tranquilo en que pienso en mis cosas, en mis problemas, en la gente que quiero. Tampoco es una receta contra la "depre", ni una "pastilla" que me permita dormir tranquilo. Orar no es pedirle a Dios que me dé lo que me toca de la "herencia", por ser su hijo; no es jugar con Dios a través del "si me apruebas los exámenes, te pongo dos velas"; Orar no consiste en buscarme justifica­ciones a las cosas que hago bien o mal; orar no es culpabi­lizarme de todo lo que pasa a mi alrededor.

Orar es querer encontrarse con Dios, es vivir por los demás; orar es huir de los falsos sueños pero vivir por la utopía del Reino de Dios; orar es desear buscar dentro para sacar fuera y compar­tir con los demás; orar es inves­tigar en lo profundo de mi personalidad; orar es entregarse.

La oración es un don y una gracia que nos concede Dios y que hay que pedir insistentemente. Por ello es tan importante la disposición interna y externa. Debemos dispo­ner toda nuestra persona para este encuentro con Dios a través de la oración. Para ello es necesario hacer como si todo dependiera de mi, pero al mismo tiempo sabiendo que todo viene de Dios.
Os animo a que poco a poco os vayáis sumergiendo en esta estupenda aventura que supone la oración. Y os aseguro que no os arrepentiréis de haberla comenzado.
NO HAY CAMI­NOS PARA LA ORACIÓN, LA ORACIÓN ES EL CAMINO

Vida familiar

Poster

¿Quieres cambiar el mundo?

Día tras día vemos en la televisión las miles de muertes, guerras, enfermedades… que pasan a nuestro alrededor. Pero muchas veces pasamos por desapercibido la peor pobreza y el peor mal: la pobreza interior. La pobreza interna (espiritual digamos) es el origen de todo este caos diario en nuestro mundo. Decenas y decenas de personas que van por la vida aislados con sus cascos no se dan cuenta de que yendo a lo suyo, y con los cascos que les impide oír algo de lo que ocurre, se pierden los dolores y penas del resto

¡No podemos dejar que esto se quede así! Muertes, injusticias, llantos, errores, dolor, faenas, penas, desaliento, humillaciones…TENEMOS QUE HACER ALGO, hay que CAMBIAR EL MUNDO.


Cuando era joven y mi
imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Según fui haciéndome mayor, pensé que no había modo de cambiar el mundo, así que me propuse un objetivo más modesto e intenté cambiar solo mi país. Pero con el tiempo me pareció también imposible. Cuando llegué a la vejez, me conformé con intentar cambiar a mi familia, a los más cercanos a mí. Pero tampoco conseguí casi nada.
Ahora, en mi lecho de muerte, de repente he comprendido una cosa: Si hubiera empezado por intentar cambiarme a mí mismo, tal vez mi familia habría seguido mi ejemplo y habría cambiado, y con su inspiración y aliento quizá habría sido capaz de cambiar mi país y -quien sabe- tal vez incluso hubiera podido cambiar el mundo.

Encontrada en la
lápida de un obispo anglicano en la
Abadía de Westminster


El gran objetivo: ERES TÚ MISMO
Ese es tu punto de lucha, tu meta y tu final de carrera. Hacerse violencia a uno mismo para rectificar nuestra naturaleza herida. Por ello piensa estos días si quieres aceptar esta aventura a la que te invita Dios. Si aceptas el reto de dejar de lado las luces, el consumismo y Cortilandia, y empezar así a plantearte las cosas. Para que estas Navidades de verdad puedas decir que ha “nacido el Niño Dios”, que de verdad haya nacido en ti.

Seguramente ayer no te tocó la lotería, pero si tú quieres, sólo si tú quieres, puede TOCARTE EL GORDO estas Navidades: que renazca Dios en tu vida. Pararte a pensar, empezar a rezar es sin duda el mayor cupón que puedes pillar para que te toque la mejor fortuna de estas Navidades, fortuna que no es semejante a la mayor grandeza que te imagines. Que Dios te acompañe en tu vida diaria es más grande que cualquier sueño, “soñad y os quedareis cortos”


Olvídate de enfados, deja de ser esclavo de la pereza. No seas incrédulo, sino creyente. Deja de encararte con cielo pidiendo señales, pruebas… y empieza a ver que en las cosas más pequeñas se manifiesta Dios a diario. Recuerdas el video que te llego de Tony, el hombre manco: “Tony a dónde están los milagros…y yo siempre digo esto: yo veo la mano, una mano, y cuando levantan la mano para mí eso es un milagro”. Y es verdad, nos emperramos en buscar fuegos artificiales, y norias flotantes, siempre buscando las sombras en vez de las luces. Mira la próxima vez piensa esto:
“Tan milagro es que mañana aparezcan siete soles como que vuelva a amanecer”

“LA GRANDEZA DE UN HOMBRE ESTÁ EN RECONOCER SU PEQUEÑEZ”.Blas Pascals

Rezar, hablar con Dios

"Yo ¿para qué nací? Para salvarme. Que tengo que morir es infalible. Dejar de ver a Dios y condenarme, triste cosa será, pero posible.
¿Posible? ¿Y río, y duermo, y quiero holgarme? ¿Posible? ¿Y tengo amor a lo visible? ¿Qué hago?, ¿en qué me ocupo?, ¿en qué me encanto? Loco debo ser, pues no soy santo.

Pedro de los Reyes


Cuántas veces siendo niño te recé.
Te solía pedir por mis padres, por mis amigos,
Cuando iba a misa me fijaba en lo que contaba el cura
En lo que decían las canciones
No llegaba a dártelas pero… en mi corazón te acariciaba y
Con mis besos te decía que te amaba

Poco a poco, entró el frío en mi pecho
Y a medida que crecía, entraba en una etapa difícil
Y con el tiempo, alejándome de Ti,
Por caminos que se alejan me perdí.
Y ahora me pregunto en qué callejón
Te perdí a Ti.

Quisiera hoy, mi Dios,
Que me vinieran estos recuerdos a mi cabeza,
Volver a recordar cuántas cosas dije ante tu altar.
Y quisiera hoy volver a rezar y saber que un Dios como Tú
Y una madre como María NO SE CANSAN DE ESPERAR.

Ayúdame Dios a saber que aunque me aleje otra vez del hogar
Un Dios y una madre como vosotros siempre esperan mi regreso.
Pero si alguna vez yo os olvidase
Vosotros, por favor, no os olvidéis de mí.

A veces nos complicamos la existencia y decimos: ¡Yo, yo no sé rezar. Yo paso! Pero es que nadie nace montando en bici. A montar en bici se aprende montando, y a rezar se aprende rezando. ¡Ya, pero qué digo, qué hago! Esa frase es una oración preciosa para empezar a rezar. Decir: “Dios mío, yo quiero rezar pero no sé cómo, ni qué decirte. Échame un cable”.

Un sacerdote, amigo mío, dijo una vez a unos niños en catequesis: “A que si llaman a la puerta de vuestra casa, miráis por la mirilla y veis a un extraño no le abrís”. Y todos los niños: “¡¡NOOO!!” Pues trayendo este ejemplo al tema de Dios, si queremos – si quieres- tener a Dios por aliado, por amigo, por confidente, lo primero que hay que hacer para abrirle la puerta de nuestro corazón es CONOCERLE. Porque sino jamás le abriremos nuestra vida a un extraño. Por eso, si queremos tener un trato con el de “Arriba”, con Dios, hace falta una relación de amistad. Por eso es necesario rezar. Parte de tu oración tiene que ser contarle tus cosas a Dios: decirle que has sacado un siete en química y estás mazo feliz, decirle que discutiste con tu chica/o y estás arrepentido y quieres corregir el daño que hiciste, decirle que quieres ser mejor hijo porque a veces te pasas con tus padres, y quieres que Él -Dios- te ayuda a ver cómo concretarlo. Rezar no es más que hablar con un Buen Amigo, el mejor AMIGO. Es un diálogo en que contarás todo lo que te pase (amistades, alegrías, fracasos, faenas), le pedirás cosas, ayuda… y en el que empezaras a oír la voz de Dios en ti para guiarte.

Dios está a la puerta, llamándote

Cristo dijo:

“No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”

Busca a Dios, pero búscale ahora. No esperes a mañana, no sea que el mañana te falte. Dios te sigue esperando, sigue creyendo en ti, a pesar de todo lo que hayas hecho. Está a la puerta de tu corazón. Llamándote. No le importa pasar frío esperando. Pero le da pena que no le abras. Porque en tus horas de más dolor, de más angustia, de más tristeza y desesperación, Dios quiere ser tu refugio y protegerte. Y también quiere pasárselo bien contigo, y echarse unas risas en los momentos buenos.

Decía la Madre Teresa que "la mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad".


Creer y querer a Dios no es hacer cosas raras. Dios es amor, y creer en Él es amar. Amarle y quererle es dedicarle tiempo a tratarle, a conocerle, es pedirle por los sufrimientos de tus amigos, es querer a tus padres, es divertirte con tus colegas, es valorar las cosas pequeñas, es estudiar cuando debes, es tener detalles con los de tu alrededor, es esforzarse por hacer las cosas bien…

Todos los mandamientos se resumen en dos:
“Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”
El Cardenal Newman también dejó estas palabras para todos los que buscan a Cristo:

"¿Sabes lo que sentimos en las cosas de este mundo, lo que sentimos, cuando esperamos a un amigo, esperamos su llegada y él tarda?
¿Sabes lo que es estar entre un grupo que nada le dice a uno?
¿Sabes como se espera que pase el tiempo y suene la hora que le ponga a uno de nuevo en libertad? ¿Sabes lo que es tener angustia de si ocurrirá aquello que puede ocurrir o no? ¿Sabes qué es la incertidumbre sobre un suceso importante, que hace que vuestro corazón golpee y que es el primer pensamiento de la mañana? ¿Sabes lo que es tener un amigo en un país extraño y esperar noticias de él y preguntarse día a día qué hace y si le va bien? ¿Sabes lo que es convivir la vida de un hombre de forma que vuestros ojos sigan sus miradas, que podáis leer en su alma, que veáis sus mínimas transformaciones, que os adelantéis a sus deseos, que riáis cuando él ríe y estéis tristes con su tristeza, que os sintáis deprimidos cuando él sufre y gocéis con sus éxitos?

Esperar a Cristo es un sentimiento igual que todos esos, si es que los sentimientos de este mundo pueden ser imagen de los del otro.
Espera al Señor quien tiende hacia El con anhelo angustiado, inflamado, intranquilo; quien está despierto y vigilante, está animado, con los ojos abiertos, incansablemente dispuesto a buscarle, a servirle, a verle en todo lo que ocurre"

Transformación, señal del amor

Uno se siente impulsado a preferir el bien del amado más que el interés o el placer propio. Este impulso nace rodeado de enemigos. El peor de ellos... eres tú mismo y tu egocentrismo. No hay peor cárcel que un corazón cerrado. Te pierdes en el infierno del vacío y de la tristeza si siempre estás buscando como satisfacerte a ti mismo. No hay mejor alimento del verdadero y buen amor que el don entero y sincero de la propia persona al amado. Se ama con obras concretas, aquí y ahora, en el discurrir de tu vida ordinaria.

Dios tiene sed de tí


Decía la Madre Teresa:

"En su agonía, en Su dolor, en Su soledad dijo muy claramente, '¿Por qué Me has abandonado?' Estaba tan terriblemente solo y abandonado y sufría tanto en la Cruz... En este momento tan difícil proclamó: 'Tengo sed'... Y la gente pensó que tenía una sed normal y Le dieron inmediatamente vinagre; pero no era de eso de lo que tenía sed - era de nuestro amor, de nuestro afecto, de nuestro íntimo apego a Él, y de compartir su pasión. Y es extraño que haya usado esa palabra. Él usó: 'Tengo sed' en vez de 'Dame tu amor'... La sed de Jesús en la Cruz no es imaginación. Fue una palabra: 'Tengo sed'. Escuchémosle decírnosla a ti y a mí... Es realmente un don de Dios".

Hay una oración por ahí llamada 'Cristo me necesita' y dice algo así:

Necesito tus manos, para seguir bendiciendo.
Necesito tus labios, para seguir hablando.
Necesito tu cuerpo, para seguir sufriendo.
Te necesito, para seguir salvando
a los hombres, mis hermanos.


No te haces una idea de lo que a Cristo le importas, lo mucho que le importan tu vida, tus problemas, tus alegrías, tus desilusiones... Él siempre está a la puerta de tu corazón, llamándote por si le abres. Pero cuántas veces pasamos y le dejamos fuera; o quizás le decimos 'Mañana', ya si eso mañana. 'Mañana le abriremos decía, para lo mismo repetir mañana' como decía el poeta.

Si no te lo crees... medita estas palabra que la Madre Teresa escucho en lo más profundo de su alma el 10 de septiembre de 1946 y que le indujeron a adoptar el estilo de vida y la misión que mantuvo hasta su muerte.
Hoy Dios también te las dice a ti, escucha:

TENGO SED DE TI

Mira que estoy a la puerta y llamo... Es verdad. Estoy a la puerta de tu corazón, de día y de noche. Aun cuando no estés escuchando, aun cuando dudes de que pudiera ser Yo, ahí estoy; esperando la más pequeña señal que me permita entrar.
Quiero que sepas que cada vez que me invitas, Yo vengo siempre, sin falta. Vengo en silencio e invisible, pero con un poder y un amor infinitos, trayendo los muchos dones de mi Espíritu. Vengo con mi misericordia, con mi deseo de perdonarte y de sanarte, con un amor hacia ti que va más allá de tu comprensión.

Te conozco como la palma de mi mano, sé todo acerca de ti, hasta los cabellos de tu cabeza he contado. No hay nada en tu vida que no tenga importancia para mí. Sé lo que hay en tu corazón, conozco tu soledad y todas tus heridas, los rechazos, las humillaciones, Yo lo sobrellevé antes que tú. Y todo lo sobrellevé por ti, para que pudieras compartir mi fuerza y mi victoria. Conozco, sobre todo, tu necesidad de amor.

Ten sed de Mí

Venid a Mí todos los que tenéis sed... Yo te saciaré y te llenaré. ¿Tienes sed de amor? Te amo más de lo que puedes imaginarte... hasta el punto de morir en la cruz por ti.

Tengo sed de ti. Sí, esa es la única manera en que apenas puedo empezar a describir mi amor: Tengo sed de ti. Tengo sed de amarte y de que tú me ames. Ven a Mí y llenaré tu corazón y sanaré tus heridas. Te haré una nueva criatura y te daré la paz aun en tus pruebas. Tengo sed de ti. Nunca debes dudar de mi misericordia, de mi deseo de perdonarte, de mi anhelo por bendecirte y vivir mi vida en ti, y de que te acepto sin importar lo que hayas hecho. Tengo sed de ti. Si te sientes de poco valor a los ojos del mundo, no importa. No hay nadie que me interese más en todo el mundo que tú. Tengo sed de ti. Ábrete a mí, ven a mí, ten sed de mí, dame tu vida.


Confía en mí. Pídeme todos los días que entre y que me encargue de tu vida y lo haré. Te prometo ante mi Padre en el cielo que haré milagros en tu vida. Lo único que te pido es que te confíes completamente a mí. Yo haré todo lo demás.


Todo lo que has buscado fuera de mí sólo te ha dejado más vacío; así que no te ates a las cosas de este mundo, pero, sobre todo, no te alejes de mí cuando caigas. Ven a mí sin tardanza porque cuando me das tus pecados, me das la alegría de ser tu Salvador. No hay nada que Yo no pueda perdonar y sanar, así que ven ahora y descarga tu alma.

No importa cuánto hayas andado sin rumbo, no importa cuántas veces me hayas olvidado, no importa cuántas cruces lleves en esta vida; hay algo que quiero que siempre recuerdes, y que nunca cambiará: tengo sed de ti, tal y como eres. No tienes que cambiar para creer en mi Amor; tu confianza en ese Amor te hará cambiar.


Tú te olvidas de mí y, sin embargo, Yo te busco a cada momento del día y estoy a las puertas de tu corazón, llamando. ¿Encuentras esto difícil de creer? Entonces mira mi Cruz, mira mi corazón que fue traspasado por ti. ¿No has comprendido mi Cruz? Escucha de nuevo las palabras que dije en ella, pues te dicen claramente por qué Yo soporté todo esto por ti: Tengo sed. Sí, tengo sed de ti. Como el resto del salmo que Yo estaba rezando dice de mí... 'esperé compasión inútilmente, esperé alguien que me consolara y no lo hallé'. Toda tu vida he estado deseando tu amor. Nunca he cesado de buscarlo y de anhelar que me correspondas; tú has probado muchas cosas en tu afán por ser feliz. ¿Por qué no intentas abrir tu corazón, ahora mismo, más que antes?

Cuando finalmente abras las puertas de tu corazón y te acerques lo suficiente, entonces me oirás decir una y otra vez, no en meras palabras humanas, sino en espíritu: No importa qué es lo que hayas hecho, te amo por ti mismo. Ven a mí, con tu miseria y tus pecados, con tus problemas y necesidades, y con todo tu deseo de ser amado. Estoy a la puerta de tu corazón y llamo.
Ábreme, porque tengo sed de ti...

“Si escuchas con tu corazón, oirás, entenderás. … Hasta que no conozcas en lo más profundo que Jesús tiene sed de ti, no podrás comenzar a saber quién quiere ser Él para ti. O quién quiere que seas tú para Él”.

13/9/07

Jóvenes del terecer milenio

"¡He aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa!

Es urgente que surja una nueva generación de apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a difundir el Evangelio por todas partes.
¡Esto es lo que os pide el Señor, a esto os invita la Iglesia, esto es lo que el mundo - aun sin saberlo - espera de vosotros!
Y si Jesús os llama, no tengáis miedo de responderle con generosidad. No tengáis miedo; fiaos de Él y no quedaréis decepcionados."
Benedicto XVI (27-II-06)

El Camino de la VIDA


La vida. ¡Qué grande y qué compleja! La vida. Menudo camino…
Si tuviera que escoger entre el Camino de Santiago y el Camino de la Vida, sin dudarlo, ahora me quedaría con el de Santiago. La razón es que, a pesar de haberlo olvidado en la vida, en el Camino de Santiago puedes estar en tu peor momento, pero eso no quita ni es excusa para que el Camino sea cuesta arriba. Puedes pararte y estar años contemplando la pendiente, como hacen muchos con su vida, pero sólo gana el que se esfuerza. Habrá tentaciones para dejarlo, habrá mucha gente tomándose cañas para desalentarte en sus oasis virtuales mientras tú, portador de garganta sedienta, tengas mucho trabajo aún por hacer. Pero tu deber es seguir adelante, y retar al horizonte. Si pierdes el rumbo estás perdido.

Al igual que en la vida, hay que seguir las flechas, las indicaciones del resto. ¿Puedes saltártelas?, sí. Pero no te engañes, en esta vida no hay atajos. Verás gente que tiene más velocidad y capacidad que tú. Que en una jornada pueden doblar tus resultados. Tranquilo. En el Camino no se premia la velocidad, eso no depende de cada uno porque esa capacidad te venía impuesta. En tu caminar se te premiara por tu constancia, tu superación, tu espíritu de entrega y sacrificio, por el fruto de los dones que te fueron dados.
Te encontrarás con flechas que señalan caminos equivocados. Evítalos, sólo el que no se aprecia así mismo corre riesgos innecesarios. Y si te consiguen engañar no te desanimes. Recuerda que el secreto está en darse la vuelta y retroceder sobre tus propios pasos. Pero cuidado, ¡hazlo antes de que sea demasiado tarde! Incluso, podrás encontrar etapas donde no veas señales, donde no tengas claro el rumbo. No te hagas el mártir, ahí está la oportunidad para probar tu amor, para probar cuánto estás dispuesto a sufrir por tu familia, por tus amigos. O mejor dicho, hasta que punto estás dispuesto a amarles, hasta que punto les quieres de verdad, y cuánto estás dispuesto a hacer por ellos.

Me gusta más el de Santiago porque en la vida hemos olvidado a los demás, nos va la fiesta individual. En Santiago, en cada cruce con alguien te deseas mutuamente buen camino, pero en la vida bajamos la mirada por no saludar a nuestro vecino. Similar a la vida, en Santiago te encontrarás con gente de otras naciones, religiones y razas. Sin embargo, a diferencia de la vida, se busca más lo que nos une que lo que nos separa.

Y, a mi parecer lo más importante, nuestro caminar por la vida se ha convertido en un sendero por el que vamos dando tumbos, porque navegamos sin rumbo ni dirección. Hemos olvidado que, como en el Camino de Santiago, sólo somos peregrinos por el Camino, que estamos aquí de paso.
Para ellos su fin es Santiago, pero…¿para nosotros?... Olvidamos que en los peores momentos el único aliento puede ser el saber que nuestra vida tiene un sentido superior, que nuestras luchas, alegrías, derrotas y éxitos tiene una repercusión mayor, quizás trascendental,
que no acaban bajo un ataúd.

Recuerda, y que sea esta tu norma, que “vivir” no es sólo estar en la vida.
Aunque sea precisamente esto, "vivir", lo más peligroso que tiene la vida.