16/9/07

Aspectos de la oración

Debemos orar también porque somos frágiles y culpables. Es preciso reconocer humilde y realistamente que somos pobres criaturas, con ideas confusas, tentadas por el mal, frágiles y débiles, con necesidad continua de fuerza interior y de consuelo
Juan Pablo II


Vale, venga, voy a empezar a rezar todos los días 5 minutos pero, ¿cómo?, ¿qué hago, qué digo? Tranquilidad (Sigue leyendo)

La tradición cristiana dice que hay tres formas de rezar:
1. Oración vocal. Serían todas las oraciones aprendidas. Padrenuestro, Avemaría
2. La meditación o diálogo. Que sería empezar un diálogo con Dios
3. La oración contemplativa. Quedarse “embobado” mirando a Dios como lo hacen entre sí los enamorados. “estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama”

Hoy nos centraremos en la 2ª: el diálogo con Dios. Se trataría de ponerse en presencia de Dios, recogerse interiormente, y desglosar nuestras preocupaciones ante Dios. Contarle que hoy te ha dado pereza despertarte pronto, que hoy has sido un poco gruñón/a con tus colegas, que a veces no soportas mucho a esa persona que siempre acude a ti en el momento menos oportuno. También contarle nuestras alegrías: hoy te ha escrito una carta el chico/a que te mola de clase, hoy has sacado un 9 en mates, etc. Contarle a Dios lo que te ilusiona, contarles tus sueños, tus aspiraciones. Dile, con total confianza, que te gustaría haberte portado mejor con aquellos con quienes te has portado mal, y pídele mucha ayuda. Ya que Dios es tu Padre, y Él seguro que te echa un cable.


Sin duda tienes que darte a conocer a Dios, igual que cuando hablas con tus amigos por teléfono o por Messenger. Tienes que darte a conocer, contarle lo que se te pasa por la cabeza. Y pedirle muchísimas cosas para los demás y para ti.

Otra parte es la de escuchar. Hay que estar bien atentos, pero si empiezas a rezar pronto verás cuál es la voluntad de Dios. Dónde te pide que te esfuerces más. Quizás te pide que seas más ordenado, que estudies antes de ir al ordenador, que trates mejor a tu madre, etc. Dios, como cualquier amigo/a que te quiera, te va a exigir. Y encima te va ayudar para que vayas mejorando. Como un entrenador personal, te va a ir orientando para mejorar tu trato con los demás, te va a ayudar a que te conozcas más a ti mismo y a que seas sincero contigo mismo. Es un lujo tener a Dios de colega, no le niegues su cariño.

Por último, un secreto. Un factor importantes es el de CONCRETAR. Que cada vez que reces concretes con Dios pequeñas metas, cosas chiquitillas que hayas visto que tienes que hacer: hablar con ese amigo con el que ayer te enfadaste, echar una mano a poner la mesa, estudiar con más atención, etc. Saca propósitos, y pídele ayuda para cumplirlos



La oración es el reconocimiento de nuestros limites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y retornamos a Dios. Por lo tanto, no podemos menos de abandonarnos en Él, nuestro Creador y Señor, con plena y total confianza
Juan Pablo II

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