¿te haces preguntas?, ¿por qué no te las haces?
¿es porque huyes del silencio?
¿te da miedo?
¿cuál es tu fin en la vida?
¿qué te mueve?
¿qué quieres alcanzar? porque... querrás alcanzar algo, ¿no?
¿tienes una meta?
¿por qué darías la vida?, ¿la darías?
... en los momentos duros, ¿merece la pena seguir?
¿para qué esforzarse?
¿le sabes encontrar sentido a los problemas?
¿qué es para ti lo más importante?
cuando se hunde todo, ¿por qué sigues?,
¿de dónde sacas las fuerzas?
¿te acuerdas de Dios?
¿tienes presente a Dios en tu vida?
¿dónde, cuándo, cómo?
¿Dejas sitios donde Él no esté?
En la vida las cosas suelen complicarse. Cuando brotan los problemas, germinan las dificultades, hay que encontrarle un sentido a la lucha. Hay que seguir en pie.
Para el cristianismo, la vida es como un tapiz visto desde la parte de atrás. Cuando lo miras, está lleno de nudos, de hilos que se cruzan de arriba a abajo. Muchas veces igual que en la vida (suspensos, accidentes, enfermedades, etc). Lo miras y muchas veces no puedes lograr entenderlo.
Confía, ten fe. Porque llegará el día en el que se le dará la vuelta al tapiz. Así, todos los nudos que veías, desilachones que no entendía, cobrarán sentido cuando lo veas dado la vuelta. Y todas las miserias y penas cobrarán sentido. Cuando lleguen el cielo y la tierra nuevos entenderemos por qué tantos esfuerzos en esta tierra vieja y caduca. Nunca lo olvides, simpre vale la pena seguir, vale la pena vivir.
PS: Si te cansas, si a veces te pueden los problemas, entrégaselos a Dios. Apóyate en sus hombros. Contempla a ese Dios que te mira desde la Cruz con los brazos abiertps. Dile que le necesitas, que quieres que te ayude. Entrégale todo y confía en Él. Confía en quien te quiso tanto que dió la vida por ti, y la daría de nuevo, tantas veces como fuera necesario, por ti.
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