12/11/07

La mirada de Jesús

Todos los fieles, cualesquiera que sea su estado y condición, están llamados por Dios, cada uno en su camino, a la perfección de la santidad, por la que el mismo Padre es perfecto

San Fulgencio


En el Evangelio de Lucas leemos lo siguiente:

Le dijo Pedro: "¡Hombre, no sé de qué hablas!

Y en aquel momento, estando aún hablando, cantó un gallo y el Señor se volvió y miró a Pedro…

Y Pedro, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente

Yo he tenido unas relaciones bastante buenas con el Señor. Le pedía cosas, conversaba con Él, cantaba sus alabanzas, le daba gracias… Pero siempre tuve la incómoda sensación de que Él deseaba que le mirara a los ojos… cosa que yo no hacía. Yo le hablaba, pero desviaba mi mirada cuando sentía que Él me estaba mirando.

Yo miraba siempre a otra parte. Y sabía por qué: tenía miedo , pensaba que en sus ojos iba a encontrar una mirada de reproche por algún pecado del que no me hubiera arrepentido. Pensaba que en sus ojos iba a descubrir una exigencia; que había algo que Él deseaba de mí.

Al fin, un día, reuní el suficiente valor y miré. No había en sus ojos reproche ni exigencia. Sus ojos se limitaban a decir: "Te quiero". Me quedé mirando fijamente durante largo tiempo. Y allí seguía el mismo mensaje: "Te quiero". Y al igual que Pedro, salí fuera y lloré.

Anthony de Mello
El CIRCULAR de esta semana lo hemos centrado en un video, en el testimonio de un hombre, Eduardo Verástegui. Quizás su nombre no te suene pero él es un conocido actor y cantante allá en la América Latina. Seguro que tú lo conoces por co-protagonizar con Jlo el videoclip de " Ain't It Funny" de Jenifer López.


Lo podrás oír de la boca de Eduardo si ves su video-testimonio (que está en el TOP VIDEO), él tenía todo lo que parece llenar en este mundo (dinero, éxito, fama, gloria, placer…) pero vio que nada de eso lo llenaba, que vivía en una mentira. Estaba entregando su tiempo a cosas pasajeras que jamás podrían colmar la sed que todos tenemos dentro, una sed que sólo se colma al encontrar el sentido a la existencia, a la vida y apostando todo por ello.

Él se encontró con los ojos de un Dios que esquivaba desde muchos años atrás y cuando lo miró a los ojos fijamente no vio a un Dios que apuntaba los delitos sino a un Padre dispuesto a perdonar.
Ahora te toca a ti, ¿alguna vez te has atrevido a mirar a Dios a los ojos?

Buena semana!!


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