6/3/11

Opus Dei: "una aventura divina en la que el Señor no deja de sorprenderme"


Me presento. Me llamo Davinia, tengo 27 años y soy numeraria auxiliar. Conocí el Opus Dei a los 12 ó 13 años, gracias a una profesora de mi hermano que me habló de una asociación juvenil que había en Leganés, (por aquel entonces yo vivía en Fuenlabrada). Empecé a ir con mi madre, al principio, y después sola. Me encantaban las actividades que se impartían: manualidades, tocar la guitarra, todo en un clima de amistad con gente que pensaba como yo y ¡lo pasábamos genial! En este club juvenil la formación espiritual estaba a cargo del Opus Dei. A medida que crecía humanamente, también crecía espiritualmente y por ello, iba acercándome más a Dios. Hasta que un día me lo pidió todo y yo me lancé a intentar dárselo, y me metí en una aventura divina en la que el Señor no deja de sorprenderme.

Cuando empecé a formar parte de esta parte de la Iglesia, me dijeron que iba a seguir haciendo lo mismo que hasta entonces, pero con un pequeño matiz: Buscar la santidad en cada cosa que hago y así ha sido. En la estampa de San Josemaría, que es el fundador, se refleja perfectamente cual es el espíritu de Opus Dei. “Camino de santificación, en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano”.

Dentro de la Obra de Dios, como también se le llama, hay muchas maneras de vivir este mismo espíritu, por eso existen supernumerarios/as, que son los que buscan la santidad en lo ordinario formando una familia, los agregados/as que viven el celibato apostólico, aunque no viven en los centros, los numerarios/as, que además de vivir el celibato viven en centros del Opus Dei y la numerarias auxiliares, que hacemos que todo esto sea una familia. Quiero aclarar que el celibato apostólico que vivimos no es porque seamos consagrados, simplemente nos comprometemos a ello.

Las numerarias auxiliares nos dedicamos al trabajo de la administración de los centros, que son hogares cristianos, en los que como cualquier madre de familia, lava la ropa, hace la comida, prepara un centro de flores, ahora eso si, es un trabajo profesional, y eso lleva consigo hacerlo con cierta altura, por ello constantemente nos formamos asistiendo a cursos, e intentamos estar a la última.

Pienso, y cada vez los veo con más claridad, que mi vocación es la más parecida a la de la Virgen.
Mi relación con Dios, diría, que es la que tiene una criatura hacia su creador, una hija pequeña necesitada con su Padre Todopoderoso, o la de dos personas que se aman y se buscan constantemente.
El Opus Dei realiza sus labores de apostolado sobre todo llevando la formación espiritual de asociaciones, colegios, pero lo propio es el tú a tú. Intentamos poner a la gente que conocemos cara a cara con Dios. Alguna vez he dado catequesis de comunión o confirmación, en la parroquia, actualmente no lo hago, pero algunas de las que viven conmigo en el centro sí.

Creo que no tengo motivos para envidiar a nadie, mejor dicho, he tenido mucha suerte con este regalo que Dios me ha concedido y espero que se lo conceda a mucha más gente.

Davinia Maestre Blanco

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La Vida Consagrada Feminina - Madre Adela


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