2/10/09

Nos vemos en misa

Algunos no son hábiles para pensar, pero todos
lo son para amar
Santa Teresa de Jesús


¿Qué tal va esa recta final del verano? Esperamos que estos meses hayan sido provechosos. Si lo han sido, es el momento para que sigas en la línea esforzándote por aprovechar a tope las últimas semanas. ¿Y si no? Que no cunda el pánico señoras y señores, es normal que uno sienta muchas veces que ha perdido el tiempo, que no ha hecho ni la mitad de los planes y proyectos. Bueno, no te torres por lo perdido y ¡céntrate en lo que queda! Aún tienes tiempo para hacer miles de cosas. No te agobies y tómate en serio los últimos días. Aquí un servidor se ha hecho una lista con los planes pendientes para el último suspiro del verano. Hay que salir del verano por la puerta grande.

¿Y qué mejor proyecto que cuidar mejor la Misa? Hoy vamos a repasar un poco, de una manera práctica, qué significa la Misa para nosotros, damas y caballeros de este nuestro siglo XXI recién comenzado.

¿Qué es eso de la Misa? La Misa es la actualización del sacrificio de Jesús en la Cruz. “¿Lo qué?” Cristo en la Cruz entregó su Cuerpo y Sangre por toda la humanidad, por ti en concreto. Pero Él quería no quedarse sólo ahí, sino además hacer esa entrega todos los días de tu vida. Y todos los días, en la Misa, Jesús vuelve a hacerse presente, bajo las formas de pan y vino, y te entrega su Cuerpo y Sangre para poder estar contigo. Para abrazarte, curarte, quedarse contigo. Él nos prometió que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Y con la Misa viene a estar contigo de una manera palpable y más íntima que puedas imaginar.

El pan y el vino no es más que eso. Pero en la Misa, en el momento de la Consagración (cuando nos arrodillamos), Dios a través del sacerdote convierte ese pan y vino en Cuerpo y Sangre de Cristo. NO, NO, NO, NO, NO, no es una representación o un teatrillo de la Última Cena, no es un acto de caridad sin más, no es ningún truco de magia. El mismo Cristo Jesús, el Salvador de tu vida, el Rey del Universo, el mismo Dios que creó el mundo, que te soñó y que día tras día vela por ti y te ama con locura, se entrega en el Altar y viene para estar contigo, para que le recibas en el fondo de tu corazón. Ese “trozo de pan” es ahora DIOS.

Voy a contarte un par de ejemplos para que veas la verdadera presencia del Señor bajo las formas de pan y vino. Hace algún tiempo, en un lugar en guerra, unos soldados entraron en una iglesia y, encañonando al sacerdote le obligaron a abrir el Sagrario, donde estaba la Hostia Consagrada, el mismo Dios. Uno de ellos, cogiendo la Sagrada Forma (otra forma de llamarlo), dijo altanero “¿y tratáis a esto como si fuera Dios?” la tiró al suelo y con el tacón de la bota la restregó. Al apartar el pie, descubrieron que en torno a la Hostia había un charco de sangre. De la Hostia había surgido sangre. Era la sangre de Jesús. Fue un milagro que permitió Dios para que aquellos soldados le encontrasen a Él bajo la forma del pan.

Otro ejemplo famoso es el de un sacerdote que atravesaba un momento difícil en su vida. Llevaba un tiempo con dudas de fe, planteándose seriamente dejarlo todo. Abandonar. Le pedía a Dios ayuda, una prueba de su existencia, de que seguía estando con Él. Un día, celebrando Misa, justo en el momento de la Consagración, al alzar el Cuerpo de Cristo al cielo, comenzó a brotar sangre de la Hostia. Tal cual. Otro milagro de Dios, que está empeñado en que creamos en su presencia efectiva y real en la Eucaristía.

¿Y nosotros ante todo esto cómo respondemos? Sí, somos un poco cutres. Tampoco nos vamos a engañar a esta altura de la película. Se nos ocurren miles de cosas que hacer antes que ir a Misa. A veces parece que le hacemos un favor a Dios y al señor cura correspondiente si aparecemos por allí. Ja! Qué bien nos engaña el Demonio. Y una vez allí, además, estamos más pendiente del vestido de nosequién o de la alineación que sacará el Madrid el próximo domingo, que del mismo Dios presente.

En nuestra miseria, ¿qué podemos hacer? Dios a través de la Iglesia nos pide que acudamos a Misa todos los domingos y fiestas de guardar. Qué mínimo que dedicarle al Señor de las cosas que viene a verte un rato del domingo. Esa es la primera lucha. Asegura la Misa del domingo y de las fiestas (el cura avisa cuándo, tranqui). Detalles importantes: intenta estar un poco antes, 5 minutos, para meditar y hablar con el Señor sobre lo que va a ocurrir, para preparar tu comunión. Luego en Misa trata de estar lo más atento posible. Es normal que a veces te distraigas, pero recupera la concentración, y recuerda que igual que estarías atento en una audiencia con el rey o con un deportista famoso, qué menos con el mismo Dios. Comulga siempre en gracia de Dios (esto es; sin conciencia de pecado mortal), si no estás en gracia confiésate y la próxima vez puedes comulgar sin problemas. Si ese día no puedes comulgar, puedes pedirle al Señor, con una comunión de deseo, que te dé gracia y fuerza para poder hacerlo pronto. Y Él siempre ayuda. Y respeta la hora de ayuno que recomienda la Iglesia antes de comulgar (¡¡nada de comulgar con un chicle en la boca que es Dios, tronco!!).

La Misa cambia a la gente. La acerca a Dios de una manera incomparable. Es convertirse en un Sagrario del Señor. Dios habita en ti, y tú en Él. Jesús hace morada dentro de ti. Se queda contigo para acompañarte allá donde vayas. No lo olvides. Dicen que santa Teresa se sonreía por dentro cuando la gente decía que ojalá hubiesen nacido en tiempos de Jesús para verle y estar con Él: ¿no iban a Misa? ¿Cuál era la diferencia? Es el mismo Dios que multiplicó los panes y los peces o se transfiguró en el Monte Tabor. Haz tú también de la Misa un encuentro vivo con el Señor; háblale, pídele por tu gente, ámale todo lo que puedas. Pero ante todo, nunca desistas, nunca le abandones…Él no lo va a hacer.

Una oración entre manos

La medida del amor es amar sin medida San Agustín



Ohhh, hace calor, sí. Agosto es terrible, de eso no cabe duda. Pero bueno, tampoco vamos a quedarnos como lagartijas al sol. Hagamos como si a pesar del calor y los sudores pudiésemos seguir pensando. Además, muchos estaréis ahora en la playita o derivados, lo cual no está nada mal.

Y es que, como ya sabemos todos, el verano no es momento de dejar de rezar. Dios no cierra, no se va a Punta Cana de vacaciones. Estemos como estemos y donde estemos, debemos seguir rezando, debemos seguir muy pegaditos a Dios. Si quieres pasártelo bien estos días hay que acudir al creador de la felicidad. Y con tanto tiempo por delante, este agosto puedes hacer un poco de gimnasio espiritual.

Hoy te proponemos el rezo del Santo Rosario. La palabra Rosario significa ‘Corona de Rosas’. Nuestra Señora ha revelado a mucha gente que cada vez que ellos dicen un Ave María le dan una hermosa rosa y que cada Rosario completo hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, así que el Rosario es la rosa de todas las devociones y por lo tanto es la más importante, se la considera la oración perfecta. Vamos, el Rosario es llenar de piropos a la Virgen, a nuestra Madre. Algunos lo consideran repetitivo, pero es que hasta donde yo sé, a nuestras madres no las parecería repetitivo que cada 3 minutos las dijésemos lo guapas que son.

Pero además, con el Rosario hacemos algo importante; meditar los misterios de gozo, de dolor y de gloria de Jesús y María. Y con Juan Pablo II se crean los luminosos. Es una oración simple, humilde como María. Es una oración que podemos hacer con ella, la Madre de Dios. Con el Ave María la invitamos a que rece por nosotros. Nuestra Señora siempre nos otorga lo que pedimos. Ella une su oración a la nuestra. Por lo tanto, ésta es más poderosa, porque María recibe lo que ella pide, Jesús nunca dice no a lo que su madre le pide.

Y no es capricho rezar el Rosario. La propia Virgen, en sus apariciones, nos invita siempre a rezar el Rosario. De hecho, en Fátima dijo: “Rezad el Rosario todos días...Rezad, rezad mucho y ofreced sacrificios por los pecadores...Yo soy Nuestra Señora del Rosario. Solo yo seré capaz de ayudaros. Finalmente mi Inmaculado Corazón triunfará."

Los cristianos debemos rezar el Rosario. ¿Cómo se hace? son 50 avemarías divididas en 5 misterios, 10 cada uno. Los misterios son momentos importantes de la vida de Jesús y María, y sirve para que meditemos rezando a la Virgen esos momentos. Cada día tiene unos misterios asignados. Lo mejor es que te metas en internet y poniendo “Santo Rosario” encontrarás muchas páginas dónde te lo explican todo y te dicen qué misterios son y para qué días, además de las Letanías, que se rezan después de los 5 misterios. O si lo prefieres, en cualquier parroquia preguntas y te dejan una chuleta de Rosario. Fácil. No hay excusa para no hacerlo. Si te parece mucho para empezar, puedes rezar un misterio al día (10 avemarías), y con el tiempo vas viendo cómo lo vas rezando. Sin agobios. Con libertad.

Los beneficios son muchos y reales. Te dejamos con la lista de las 15 promesas que hizo la Virgen a aquellos que rezasen el Rosario.
1. Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
2. Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
3. El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno; destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y nos defenderá de las herejías.
4. Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
5. El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
6. Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
7. Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
8. Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su muerte, encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia y participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
9. Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
10. Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
11. Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
12. Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
13. Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la muerte.
14. Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
15. La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

Aprendamos a amar

Hay que agotar todos los esfuerzos antes de quejarse
Santa Teresa de Jesús
Es la palabra de moda. Está en todas las canciones de verano, es la temática de la mayoría de poemas. Es lo que más le gusta sentir a uno y lo más grande que puede dar. Esa palabra es amar.

Y el amar se puede aprender. YES, WE CAN!! Para ello os recomendamos hoy este video. Pese a que ponga que dura 47 minutos, es mentira. La entrevista que te recomendamos dura hasta el minuto 25.



Testigos del dolor

El alma no puede vivir sin amar, cuando no ama a Dios se ama desordenadamente a sí misma Santa Catalina de Siena


¿Qué tal va ese verano? Veo que has tomado precauciones para tu piel. Te has echado cremita, cremita para evitar quemarte. Chachi. Ahora bien, ¿le echas a diario crema a tu alma para que no se queme? Sí, como lo oyes. También tenemos que cuidar e hidratar nuestra piel. ¿Y cómo? Abre tu Biblia y sorpréndete. Desde CIRCULAR queremos ayudarte hoy con un testimonio, el de Luis de Moya, sobre la lucha, el dolor y el amor de Dios.AQUÍ LO TIENES:



La llave inglesa de Dios

Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar, te enseña a que hagas cuantopuedes, y a que pidas lo que no puedes San Agustín


¿Cómo llevas el empacho de vacaciones? Entre fichaje y fichaje de Florentino y las victorias de Contador, sería bueno que nos parásemos un domingo más a pensar. Ya, ya sé que es verano y tienes el cerebro en ahorro de energía, pero ya verás cómo lo que te proponemos desde Circular no es para tanto. Sólo requiere hacerte un hueco para hablar con Dios. Unos minutos. Y sabes que te sobran a patadas.

“¿Unos minutitos para qué?” pues ya que estamos de vacaciones, con menos estrés y agobios y más tiempo para pensar en serio, es siempre el momento idóneo para plantearnos cosas profundas de nuestra vida. Es el momento de las grandes decisiones. Por supuesto académicas y de trabajo (decidirse a aprender un idioma, hacer un máster…). También en otros niveles más personales como puede ser decidirse a aprender a cocinar de una vez, que llevas años diciendo que algún día aprenderás…pero eso ya te lo comentamos en otro Circular. Sobre todo, es el momento de plantearse qué hace uno aquí en esta vida.

Realmente hay que pararse a pensar “pero bueno, ¿para qué estoy aquí? ¿Por qué estudio o trabajo en esto? ¿Realmente lo hago porque es lo que debo hacer, o lo hago por pura inercia?”. Es el momento de coger el timón de tu vida y revisar tu norte. Muchas veces no nos damos cuenta y vivimos una vida que no es nuestra, es como si fuera la vida de otro. Tenemos que vivir nuestra vida, conforme a lo que estamos llamados. ¿Todo lo que haces lo has elegido tú, o han sido las circunstancias, el dejarse llevar? ojo, esto no significa que hagas lo que te dé la gana. La mayor parte de las cosas “tocan hacerlas”. Pero es muy distinto elegirlas tú en función de un razonamiento a acabar en algo que uno no sabe bien por qué está ahí. Esto puede ocurrir con lo académico, pero también con lo personal: una situación de vida, unos “amigos”, unas costumbres.

Revisar tu vida. Todo. Que todo lo que hagas sea tuyo, algo en lo que tú te comprometes, aunque sea costoso (como la mayor parte de las cosas que merecen la pena). Y en todo este proceso entra, como no, el que más te conoce, Dios.

Imagínate a un mecánico con su coche recién terminado. Lo ha construido con un propósito, unas formas, un sistema. Nadie mejor que él lo conoce. Se sabe todas las piezas. Y el coche funciona de maravilla. Pero con el paso del tiempo el coche va cogiendo mugre, rallajos, algún golpecito…y el nuevo dueño, que no se empana mucho de cómo funciona el coche le hace…apañitos. Al final hay cosas del coche que dejan de funcionar, tiene dos luces fundidas, la pintura parece más un cuadro surrealista que otra cosa. Si no se revisa, si no se lleva al taller para que el mecánico le eche una “ojeá”, pronto funcionará como el coche de Pedro Picapiedra, y al final servirá para coger polvo y guardar muebles en el maletero olvidado en el garaje. De estar pensado para ser un coche deportivo, pasa a ser un adorno.

Sí, era evidente. El coche nos representa a nosotros y el mecánico a Dios. La próxima vez lo haré más original, lo prometo. Pero, con tu venia, vamos a quedarnos con el ejemplo. Este verano debe ser ese momento donde revisas todo con el mecánico. Deja que Él te aconseje, fíate de Él. Pregúntale. Discute con Él si es necesario. ¡¡¡Pero habla con Él!!! Dale una vuelta a todo. A todos tus aspectos de la vida. Y si el resultado es que cambias poca cosa, será que Dios quería que a todo lo que ya haces le des un sentido más suyo, dejen de ser “tus cosas” para ser “vuestras cosas” (de Dios y tuyas).

Todo esto cuesta. Notarás, posiblemente, que Dios te vuelve a pedir que hagas eso que sabes que lleva pidiéndote tiempo, o te pedirá cosas nuevas. Tienes dos opciones: no escuchar y hacerte el sordo “nada, me quedo con los tapacubos cutres del 83” o, a pesar de lo que cueste, decides fiarte y ponerte unos alerones de “competi”.

Para todo esto la fórmula es bien sencilla, envía un sms con la palabra clave “mecánico” al… no. En realidad es como ya sabes, rezando habitualmente. Cuesta, da pereza, no encuentras un hueco (te engañas con que no te da la vida). Pero es el precio de la felicidad y la libertad, tú verás (jojojo, así dicho es tremendo, pero es como suena). Si no te parece cierto, léete el Circular reciente del testimonio de una joven que se mete a misionera. Nooo, no tienes que acabar siendo misionero. Tranquilo. Ya te dirá Dios qué tiene preparado para ti, para qué te pensó al crearte. ¡Quizás sea el centrocampista que busca Florentino y tú ahí tirado viendo la tele!

Rezar. Es la palabra mágica. Recuerda que hay una frase por ahí que dice “cuando un cristiano se arrodilla tiembla el mundo”. No lo olvides. Confía en el mecánico y deja que te ponga esos altavoces potentes que llevas tiempo deseando.


7/7/09

¿VERANO vs Dios?

Creo que en último día descubriremos que muchas vidas heroicas y santas fueron sencillamente una trabazón de generosos y repetidos comienzos
Padre Faber

Una conocida televisión musical española decía que en este verano tenías que rendirte ante la tentación. Que te dejases seducir, sin oponer resistencia. Que no fueses ingenuo, el verano es tiempo de pecado.

Bajo esta manera un tanto simplista de vender su programación veraniega se encierra una idea demasiado difundida: el verano es tiempo de descontrol, de “desfase”, de olvidar las luchas que llevas haciendo el resto del año. Vamos que los 9 meses de esfuerzo por crecer en virtudes hay que tirarlos por el retrete en sólo 3 meses. En definitiva, el verano es el mítico tiempo sin Dios.

Hoy quisiera lanzarte algo revolucionario, quisiera darle un giro a ese marketing viral que proviene desde el príncipe de la mentira (alias demonio). El Maligno quiere inculcarte esa idea para ocultarte una gran verdad: EL VERANO ES UN TIEMPO ESPECIAL DE GRACIA, de mucha ayuda de Dios. El demonio quiere ocultarte que VERANO Y CRISTO SON LA SUMA PERFECTA. No son incompatibles.

Refrescarme en la piscina – visita al parque de atracciones con los colegas – hacerme la cama – noches de estrenos en el cine más cercano – sonreír un poco más – ser la alegría de mi casa – ofrecer lo que me cueste a Dios - tardes de tapas y terrazas – llegar puntual a los sitios – ¡anda si quería leerme estos libros y ahora tengo tiempo! – llamar a esa gente que he tenido más descuidada – cuidar mis ratos de oración – voy a quemar la guitarra a punteos - llevar a mi pareja de compras – pensar menos en mí – pasar la aspiradora por casa - escribir postales – irme de campamento – aprender a hacer el pino – visitar más a mis abuelos – confesarme más a menudo – ponerme morenit@ - toca ponerse en forma – dar siempre las gracias – heladito, heladito – aprender algunos pasos del difunto Rey del Pop - pedazo de libro que me ha aconsejado el cura – ¡mamá, hoy friego yo los platos! – excursión a la sierra – ver en los demás a Cristo – mejorar mi tiro a puerta – deja, deja. Yo paseo al perro - probar la comida griega – conságrame a la Virgen María cada día – levantarme cuando suena el despertador – voluntariado con ancianos – irme de retiro espiritual – desengrasar la bicicleta – apagar más la tele – bendecir la comida - no engañarme por el “me apetece, no me apetece”- pedir perdón a quien ofenda – ser más detallista – mirar las estrellas por las noches – conocer más el Evangelio – no meterme en la boca del lobo – no hablar mal de los demás – apoyar las reuniones familiares – levantarme siempre que caiga - ponerme en serio con idioma nuevo – vivir mejor la misa del domingo – profundizar más en este aspecto que me mola de mis estudios – ser toda una estrella en el Sing Start – cortar la drogodependencia tuenti – rezar la liturgia de las horas – dar una paliza a mi padre en el ajedrez – escribir algún poema – ser sincero con todos – hablar a los demás de Dios – conocer mis puntos débiles – subsanar mis lagunas en formación cristiana y humana… esta lista puede ser tan larga como tú quieras porque el verano es largo. Y en presencia Dios da para mucho más de lo que te imaginas.

Tú decides. No la semana que viene, no mañana. Hoy, ahora. Decide el verano que quieres. ¿Quieres que llegue septiembre y estar hecho unos zorros?, ¿o quieres acabar el verano siendo mejor que cuando lo empezaste? No dejes que te engañe el de cuernos, este verano es el tuyo. La ayuda de Jesús no te falta, sólo quítate la cera de la oreja. Estate atento a lo que Dios te pide y fliparás. Como dijo el Padre Faber, “creo que en último día descubriremos que muchas vidas heroicas y santas fueron sencillamente una trabazón de generosos y repetidos comienzos”.


28/6/09

La gran Gymkana

Como director de esta empresa, os digo que el circular de hoy es muy especial para mí. No lo han redactado ninguno de los que escribimos habitualmente. No. Esta vez es uno de vosotros, los que recibís los emails de GRUPOCIRCULAR, el que os quiere contar algo. Sólo quisiera pedir oraciones por esta persona y que este circular os marque para el verano que se aproxima. Un fuerte abrazo.
Óscar de la Fuente
Director de grupocircular


Benicassim, 23 de junio 09

Me llamo Belén Lázaro, tengo 24 años, soy médico desde hace 10 días y voy a entrar en las Misioneras de la Caridad dentro 3 días (¡qué fuerte, aún no me lo creo!) [nota de grupocircular: es decir, el pasado viernes 26] Cuando me preguntan en qué momento vi que Dios me llamaba (porque por supuesto que todo esto es cosa de Dios) me da vergüenza responder… porque me parece que hace muchísimo y que he tardado tanto en responder… Pero creo que Dios me conoce mejor que yo misma y por tanto “contaba con eso”.

Ante todo, tengo que decir que ESTOY FELIZ. Eso es lo que resume todo, y lo más importante, porque el Señor nos quiere felices ya aquí en la Tierra. Y sé que esto no es nada con lo que me espera (y lo mismo a vosotros). Así que no hay que tener miedo.

Pero precisamente el miedo y el agobio es lo que yo sentí durante años. Ya estaba estudiando medicina cuando por primera vez sentí que Dios me llamaba. Recuerdo que era domingo y estaba en misa con mis padres. Y en la homilía, me puse a rezar, y entonces noté como que el Señor me quería para sí. No sé cómo se sabe, pero se sabe. Y eso que yo, con el agobio que me entró al cabo de unas semanas, pensé incluso que me lo había imaginado. Y me llegué a convencer de ello. Así que salí con un chico e hice mi vida. Pero después el Señor volvió a hacerme ver sus planes. Y yo seguía con mucho miedo y mucha pena. Sobre todo me costaba no poder casarme ni tener una familia, y también alejarme de mi casa, de mis padres, mis hermanos, mis amigos… Ahora lo de casarme me da igual. Sí que me cuesta alejarme de “mi gente”, pero sé que voy a ser más feliz (aunque no me lo puedo imaginar… ¿más?) y también tengo muy claro que es lo que tengo que hacer y que de esta forma es como, a partir de ahora, ayudaré a mis padres y hermanos, a mis amigos…

Bueno, pero ¿cómo llegué a cambiar el agobio por la alegría y el miedo por los deseos de entregarme? En realidad fue el Señor que me cambió el corazón. Yo sólo le dejé hacerlo, y ni siquiera era consciente de lo que estaba dejando hacer.

Fue más adelante, ya en quinto de medicina. Me di cuenta de que lo único que podría hacer como respuesta si es que realmente el Señor me estaba llamando, era ir unos días con las monjas y verlo. Fui en adviento, justo antes de Nochebuena, y fue el primer momento en el que por fin tuve PAZ. Y me di cuenta de que tenía que fiarme de Dios, pues Él no me iba a pedir algo que yo no fuera a ser capaz de dar. Porque Él llama y da las fuerzas para responder a esa llamada. Y eso fue lo que yo vi en esos días que pasé en esa casa. A esas monjas las había conocido tres años antes, en Tánger, a donde fui de voluntaria. Y continué en contacto con ellas en Madrid, en la casa de enfermos de Sida. No era lo que más me atraía (me refiero a esta Congregación en concreto), pero ahora me doy cuenta de que los planes de Dios son inescrutables. Es una pasada. Si yo ahora mismo viera lo que me tiene preparado para mi vida, me moriría de tanta emoción junta. Por eso un día me moriré e iré al cielo; cuando ya no pueda soportar tener tan cerca a Dios en esta vida, iré a la Otra para poder disfrutarlo en plenitud. Y así será para todos, creo yo.

Bueno, en resumen, y para que los que aún no han entendido entiendan algo, os diré una cosa que me contó una amiga, y que yo veo plasmada en mi vida: Dios tiene preparada para vosotros una sorpresa enorme: la mejor que podamos desear. Y nosotros, pobres infelices, no podemos ni imaginarla. Es como si hubiese preparado una gran Gymkana, que sabe que nos va encantar, porque tiene las pruebas que a uno le encantan (cada cual las suyas). Pero nosotros podemos decirle a Dios “NO” y preferir jugar al parchís, como unos niños tontos y caprichosos. Pues Dios es taaan bueno que acepta desechar la gymkana (incluso tirarla a la basura) y jugar al parchís, con tal de que estemos contentos. Pero Él sabe que estaríamos más contentos con la gymkana. Mucho más. Pero ante todo nos ha hecho libres. Y nuestra libertad es lo que a Dios más le gusta de nosotros.

No sé si ha quedado muy claro, pero yo animo a todos a confiar en Él, y a preguntarle qué es lo que quiere de ti. Él te lo hará ver, no lo dudes. Y piensa siempre que, cuando le respondas sí libremente, serás la persona más feliz del mundo.

Yo me voy contenta y pensando que LO MEJOR ESTÁ POR VENIR. Rezaré por CIRCULAR, para que siga ayudando tanto a gente como yo, y Dios bendiga sus “productores” y lectores como Él suele hacerlo. Mucho ánimo a todos, y a no tener miedo. ¡Confiad siempre en Él y en la Virgen!

Belén Lázaro


Desde grupocircular sólo nos queda subrayar ese LO MEJOR ESTÁ POR VENIR. Os animamos, como Belén, a que no tengáis miedo. A que no os dejéis engañar por el Maligno pensando que hoy Dios ya no llama, es mentira. Cristo os llama a cada uno, todos tenéis una gymkana especialmente diseñada para cada uno. Ser valientes, pedírselo a Santa María. No os conforméis con jugar al parchís.

Picha aquí para leer más sobre Belén:
“Voy a ser Misionera de la Caridad, porque el Señor me llama”

Gracias Belén por todo. Rezamos por ti.
GRUPOCIRCULAR

13/6/09

Todo es comunicación

Comunicación, comunicación… la clave está en la comunicación. Los amigos funcionan si hay comunicación, los matrimonios funcionan con comunicación, lo mismo pasa con las parejas y las familias. Con Dios no se hace excepción; o tienes comunicación con él tratándole habitualmente, o apaga y vámonos.

Dicen por ahí los de la FIFA que Cristiano Ronaldo es el mejor jugador del mundo. Tiene potencia, velocidad, regate, técnica, ambición…y sin embargo esta temporada no se puede decir que haya estado nada fino. Su rendimiento ha disminuido, ha metido menos goles y su aportación al equipo ha sido mucho más discreta. ¿Cómo es posible si es el megacrak? Porque ha tenido una mala comunicación con su entrenador.

En nuestra vida, a veces nos sucede lo mismo. Nos podemos creer buenísimos, estrellas. Nos podemos colgar medallitas con nuestros grandes éxitos. Nos podemos creer imparables, invencibles, autosuficientes. Creemos no necesitar a nadie, saberlo todo.

Quizás pienses que eso es un poco exagerado. Que a ti no te ocurre: “tampoco soy tan flipao”. Piénsalo dos veces. Cuántas veces hemos desechado consejos de los demás, despreciado ayuda de otros. Cuántas veces hemos sonreído disimuladamente cuando le pasa algo malo a alguien mientras nos decimos “jamás cometería ese error”, “hay que ser torpe”, “menos mal que mi vida es mejor y todo marcha bien”. Cuando la vida nos sonríe, cuando todo va bien, nuestro ego crece y nos acabamos creyendo que somos los “reyes del mambo”.

Y al primero que abandonamos es a Dios. “Total, para qué voy a perder mi tiempo preciado en algo que, realmente, no necesito”. “Siempre puedo rezar luego, cuando lo necesite”. Acudimos y pedimos ayuda a los demás y a Dios cuando vemos la realidad de nuestra debilidad. Ay amigo, entonces somos los más devotos.

Esta actitud lleva directamente al fracaso. Al bloqueo personal, a la infelicidad. No crecemos como personas. Cristiano pasa de ser el mejor del mundo a ser cuestionado en el vestuario. Y es que sólo el entrenador sabe cómo puede funcionar mejor en el campo, cómo puede dar lo mejor de sí, brillando él y su equipo. De lo contrario, por muy bueno que sea, se dispersa. Entre nosotros y Dios pasa lo mismo. Por mucho que nos creamos Rambo, la realidad es que sin Él damos poco fruto, no alcanzamos la plenitud de nuestra vida y naufragamos. Sin su consejo, luz y gracia, pronto nos chocamos con nuestra flaqueza, insuperable para nosotros.

Y la clave es la comunicación. Si Ronaldo discute con el míster, si la relación entre ellos es fría y distante, el laureado jugador decrece. Si nosotros no hablamos con Dios, si no tenemos una relación de amor con Él, nos pasa igual. Le necesitamos. Él fue quien nos pensó para el equipo. Él sabe cómo podemos alcanzar nuestra victoria y la de los demás. Sólo Él. Él te creó.

Tratarle, amarle, ser su amigo, sentirle como Padre. ¿Cómo? No estando con Él sólo cuando nos apetezca, cuando le necesitemos especialmente… sino siempre, pase lo que pase. A través de la oración, de los sacramentos. Todos los días ofrecerle tu día, contarle, escucharle…tenerle presente. Poner tu vida en Sus manos. Confiar en su consejo. Pedirle ayuda.

Y ahora, en medio de exámenes, ¡también! Justo en momentos importantes es cuando más necesitas no dejar de recibir su fuerza, su aliento, su gracia, su paz. Organízate el día. Encuentra unos minutos para Él. Ofrécele tu estudio por los demás. Agárrate a Su mano poderosa y no la sueltes, ¡vamos!



6/6/09

Clases particulares

Tres pliegues en una sola tela, pero no hay más que una tela. Tres falanges en un dedo,pero no hay más que un dedo. Tres hojas en un trébol,pero no hay más que un trébol.Escarcha, nieve, hielo..., los tres son agua.Tres personas en Dios son asimismo un solo Dios.

Oración popular irlandesa

Imagínate que los primeros días de colegio, en el primer curso, con tus seis años, el profesor te hubiese dicho todo lo que tenías que aprender en tu vida de estudiante: conocer toda la historia del país y mundial, logaritmos, ecuaciones, música, traducción de latín, ríos, leyes físicas, tablas de valencias y reacciones químicas, raíces cuadradas, redacción... El efecto en los pobres niños podría ser:

a) en los responsables y cumplidores, agobio y sensación de impotencia, de no poder y de desanimo;

b) y en el resto, el resultado sería el de no entender y pasar: 'eso no es lo mío, y no me importa; ¡el profesor está loco!, vamos a divertirnos y no le hagamos demasiado caso'.

Sin embargo, todo ese "imposible" de aprender tantas cosas resulta llevadero y extraordinariamente fácil: no tienes más que ir atendiendo, escuchando y dejándote llevar por lo que te explican los profesores día a día. Se empieza haciendo barrotes, luego letras, después palabras... se aprende a leer y a escribir; sumas, restas, fracciones, ecuaciones...; una lección de historia, este problema de física, la segunda declinación de latín, traducir esta frase al inglés ... y con muchos pequeños esfuerzos bien dirigidos por el profesor, uno acaba sabiendo todo.

Con frecuencia nos ocurre lo mismo a los cristianos: nos proponen desde el principio ser santos y ser como Jesucristo -nuestro Modelo-, otros Cristos; nos cuentan impresionantes historias y anécdotas de santos y mártires. Y pienso que el efecto es el mismo que en los niños de antes:

a) agobio y sensación de impotencia de no poder y desánimo, en los que quieren;

b) y en el resto, la reacción es no entender y pasar: ¡esto no es lo mío y no me importa!

¿Te encuentras en uno de estos grupos?¿En cuál?

Planteárselo así es un error. Entiéndelo bien. Mi alma, tu alma, es un aula en la que tú eres el único alumno. Y tienes un profesor particular; el Espíritu Santo, que te va explicando en cada momento lo que tienes que hacer. Y va lección a lección: barrotes, una letra, otra, te enseña a leer y escribir... y si le sigues la clase particular; con muchos pequeños esfuerzos, acabas siendo un verdadero santo, acabas siendo el mismo Cristo.

¿Y cuándo da esas lecciones? Quizá pienses que tú no has tenido todavía ninguna clase particular. Y seguro que no es así.

Las lecciones las da cuando Él quiere. Y las da dentro de ti: en tu conciencia. Insinúa que eso lo puedes hacer mejor; en su momento te recuerda un propósito para que lo realices; te da la idea de hacer un favor a un amigo o ayudar en casa en una cosa concreta; hace que se te ocurra hablar con un amigo diciéndole una cosa que le puede ayudar; te advierte que evites una situación que te pueda venir mal; te recuerda que tienes que ponerte a estudiar o no interrumpir el trabajo porque no está terminado; te recuerda que te peines, te limpies los zapatos o dejes ordenado ese libro; te sugiere hacer un sacrificio concreto; te ofrece la posibilidad de entregarle la vida de un modo concreto; te da un toque haciéndote ver que estas dejándote llevar por la soberbia o el amor propio; te grita que lo que haces es egoísmo puro; te da la alegría o satisfacción de haber hecho eso bien; te anima a que seas generoso; te avisa que puedes o debes confesarte ahora ...

Esas son lecciones que da el directamente en el alma. Aparte, da otras muchas lecciones para las que se sirve de instrumentos, de otras personas: el consejo de un familiar, el ejemplo de un conocido, la conversación con un amigo, lo que te dicen en la confesión o en la dirección espiritual, una homilía, algo que lees o que ves por la calle...

Y mira lo que dice el Evangelio:

Los que son movidos por el Espíritu de Dios, esos son los verdaderos hijos de Dios. Juan 20, 22

Ahora, reza conmigo: Santo Espíritu, gracias por tus clases particulares. Quiero ser un verdadero santo, una verdadera santa, pero no me planteo más que hacer lo que hoy me enseñes: Tú eres mi profesor. Quiero llevar las lecciones al día, y Tú me irás llevando. Como sabes, no voy muy bien de oído del alma: por eso, por favor, grítame tus lecciones y dame tu fuerza para hacer siempre lo que me enseñes. Aparta de mí el agobio o la sensación de no poder: que cada día te diga sí a las lecciones que me des, que cada día haga mis deberes, que lleve las lecciones al día. ¡Gracias!

//Extraído de “Manglanitos: Espíritu Santo”//

31/5/09

Pentecostés

Espíritu de amor, creador y santificador de las almas, cuya primera obra es transformarnos hasta asemejarnos a Jesús, ayúdame a parecerme a Jesús, a pensar como Jesús, a hablar como Jesús, a amar como Jesús, a sufrir como Jesús, a actuar en todo como Jesús.Espíritu Santo, quiero hacerme dócil a tu enseñanza y vivir fiel a los más pequeños toques de tus inspiraciones divinas. Sé mi luz y mi fuerza. Tú que hablas en el silencio del alma, dame el espíritu de recogimiento. Tú que desciendes a las almas humildes, dame espíritu de humildad, enséñame a vivir de tu amor y enséñame a repartir amor a mi alrededor
Alexis Rieaud


Hoy es un día importante. Sé que es un periodo de agobios, estrés y exámenes, pero hay mundo más allá. Y hoy ocurre algo más importante que cualquiera de nuestros exámenes. Hoy se celebra Pentecostés, que viene a ser algo así como

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a vosotros”. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió “Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. (Juan 20, 19-23).

Lo primero que habría que decir del Espíritu Santo es que, lamentablemente, a veces es el Gran Olvidado. Mucha gente no sabe exactamente quién es, ni de dónde sale…nos quedamos en la figura de la paloma. Pero bueno, palomas en Sol hay muchas y no nos cambian la vida.

El Espíritu Santo, como rezamos en el Credo, “procede del Padre y del Hijo, y con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria”. Dentro de la Santísima Trinidad, tenemos al Padre, al Hijo y, como no, al Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el Amor que hay entre el Padre y el Hijo. “the…what?” lo sé, acostumbrados como estamos a leer revistas de coches o moda y poco más, nos podemos quedar un poco colgaos con la teología. Además, nuestra pobre cabecita humana no puede llegar a comprender bien ciertas cosas. Pero tranqui, que lo importante es que sepas que el Espíritu Santo es Amor, el Amor de Dios. No es una paloma…

Y hoy celebramos su venida. Como has podido leer en el texto del Evangelio, Dios nos envía su Espíritu. Cristo vino a salvarnos del pecado, pero otra cosa fundamental era la venida del Espíritu. ¿Qué nos da el Espíritu Santo? Pfff, si yo te contara…

En primer lugar, sin Él no seríamos capaces de decir ni “Jesús es Dios”. Él es quien nos da la fuerza e infunde el amor en nuestro corazón para poder conocer a Dios y amarle. Es el combustible que mueve el coche, vaya. Por muy sabios que seamos, sin Espíritu Santo no podemos hacer ni decir ni amar un carajo. Por eso Dios, que está a todas, sabía que era tan necesario enviarlo.

Él nos hace capaces de conocer y amar a Dios. Es nuestra escuela de amor; nos enseña, nos educa el corazón. Es puro Amor. Jesús es nuestro modelo a seguir, pero el que nos empuja, alimenta y entrena es Él. No se puede progresar en el camino de la fe, en el camino de la vida, si no es de su mano. Es nuestra enredadera para el Cielo. Repito: sin Él, no entenderíamos nada, y mucho menos amaríamos nada.

Pero además de todo esto (que es vital), el Espíritu nos concede 7 grandes dones. Parecido a lo de Florentino Pérez con sus galácticos. Pasa que estos fichajes son para vivir en plenitud.

Entendimiento: don para entender la Revelación de Dios.
Sabiduría: don para alcanzar y tomar parte en la sabiduría de Dios.
Ciencia: entender todos los valores de la Naturaleza en su relación con Dios.
Consejo: oír la voz de Dios en las situaciones difíciles de la vida.
Piedad: amar a Dios como Padre en todas circunstancias, incluso en el dolor.
Fortaleza: capacidad para resistir en las situaciones difíciles de la vida.
Temor de Dios: para vivir en actitud de veneración, de temor amoroso y amor temeroso a Dios.

Todo un ofertón. Gratis. En todo Sacramento se recibe al Espíritu Santo, pero especialmente en la Confirmación. Si no lo has hecho, te animamos a que lo recibas porque es fundamental para todo cristiano. Sin él la mesa se queda coja.

Hoy, por eso, es un día especial. Muy especial. Celebramos que, con su llegada, tenemos las puertas del Cielo abiertas y se ha manifestado la Gloria de la Santísima Trinidad. No es un día más. Es el día en el que el Espíritu Santo, si quieres abrir tu corazón, puede entrar otra vez con energías nuevas, para hacerte un poquito más del Señor. No dejes pasar la oportunidad. Como todo domingo, pásate a la iglesia. Dios da el ciento por uno, siempre.

¡Feliz día de Pentecostés!
Ay, y no te olvides que hoy es el último día del mes de María, pincha en este video y sigue su consejo



24/5/09

Mi compañera

El misterio del Espíritu Santo ha sido revelado progresivamente
El Antiguo Testamento anunció manifiestamente al Padre y más oscuramente al Hijo. El Nuevo Testamento dio a conocer abiertamente al Hijo e hizo entrever la divinidad del Espíritu. Ahora el Espíritu está presente en medio de nosotros y nos concede una visión más clara de sí mismo. Pues no era prudente que, cuando aún no se confesaba la divinidad del Padre, se proclamase abiertamente al Hijo, se añadiese el Espíritu Santo como un fardo suplementario, por emplear una expresión un poco más atrevida, no fuese que abrumados, por así decir, con un alimento superior a nuestras fuerzas y dirigiendo la mirada, aún demasiado débil, hacia la luz del sol, corriésemos el riesgo de perder nuestras facultades. En cambio, por medio de añadidos parciales, de ascensiones (Sal 83, 6), como dijo David, de avances y de progresos de gloria en gloria (2 Co 3, 18), la luz de la Trinidad brillará para los más luminosos
San Gregorio Nacianceno


"Nuestra Señora -decía Madre Teresa de Calcuta- me acompaña en todos los viajes; la llamo mi Compañera desde que un día, en Berhampur, le dije al capellán de las Hermanas que me regalase una imagen de María Milagrosa con las manos abiertas, derramando gracias sobre el mundo. Aceptó encantado, embaló la imagen y la llevó a la estación. Era una imagen muy grande, casi de tamaño natural, así que el jefe de estación quería que la facturase y pagase la correspondiente tarifa. Pero yo tenía un pase en los ferrocarriles para mí y una compañera, así que le dije: 'Esta es mi compañera ...' y me dejó viajar con la imagen sin pagar nada por ello. Desde entonces, la Virgen me acompaña siempre en mis desplazamientos. Nunca viajo sola".

Si echas una mirada al calendario comprobarás que el mes de mayo, el de María, se está terminando. En apenas una semana habrá concluido para dar paso a junio. Mes de estrés, de exámenes… y de vacaciones también. Y, te pregunto, si te parases a pensar si desde que empezó el mes de mayo hasta hoy ha cambiado algo en tu vida, ¿qué responderías? No es que haya tenido que pasar algo llamativo ni nada, me refiero a si el mes de María te ha ayudado en algo. O, mejor dicho, ¿te has dejado ayudar por María? Ella tiene muchas cosas que compartir contigo y tú… ¿te has sincerado contigo mismo en tus puntos débiles?, ¿has tenido más presencia de la Virgen en tu oración o en tu día?... y, sobre todo, ¿sabes ya que nunca viajas solo, que siempre cuentas con María como compañera?

No, nunca vas solo. Supongo que si algo tienes que aprender de este mes es que María está deseosa de su tu copiloto. Pídeselo, si aún no lo has hecho. Si algo hay que sacar en claro es que tienes a una Madre que te cuida. Como cuando un niño pequeño siente miedo y se abraza a su madre porque sabe que ésta le protegerá, así tiene que ser también nuestra confianza en Ella. Y no solo en el mes de mayo, sino durante todos los días del año.

Además, se acerca una fiesta importante en la Iglesia: Pentecostés. Cuenta los Hechos de los Apóstoles que ese día glorioso los primeros discípulos se hallaban allí reunidos junto con María la madre de Jesús (cf. Hch 1,14), la cual estaba junto a ellos <> (Lumen gentium, 59). Ella había iniciado su experiencia de fe en Cristo mucho antes que los discípulos y había ya sentido la inefable acción del Espíritu. Juan Pablo II (en Redemptoris Mater, 26) nos habla de ello:



“Su camino de fe es, en cierto modo, más largo. El Espíritu Santo ya ha descendido a ella, que se ha convertido en su esposa fiel <>, acogiendo al Verbo de Dios verdadero, prestando <>; más aún, abandonándose plenamente en Dios por medio de <>, por la que respondió al ángel: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”.

María nos lleva a Jesús, pero también nos acerca al Espíritu Santo. Nuestro santificador. Todavía queda una semana de mayo y también una semana para Pentecostés. Aprovéchala. Prepárala con tu oración, con tu silencio (especialmente interior) y déjale hablar al Espíritu… y a ver qué te dice. Nuestra vida interior, en definitiva, no sale de nosotros. Es el Espíritu quien nos habla. Prepárate para estar atento, pide a María que digas, como ella, un SÍ grande a las inspiraciones del Espíritu Santo. Asique, como se dicen en las aulas del mundo hispanohablante: uh, uh… ¡Que viene, que viene!... uh, uh… ¡Que viene, que viene!





27/4/09

La vida es vocación

Todos los pecados del mundo entero, desde el principio de la humanidad hasta el fin del mundo,no son nada más que una gota de agua en el mar de la misericordia de Dios
Santa Faustina

Agosto toca a su fin. Ya dentro de poco hay que empezar a plantearse cómo vamos a montar el próximo curso en los estudios, el trabajo, etc. Por fin recomienza la Liga y parece que volvemos a la carga. Sin embargo, éste es el típico momento en el cual debe hacer una pausa y pensar seriamente ¿qué debo hacer con mi vida?

A veces estamos tan inmersos en nuestras cosas, en nuestros asuntos, en ver qué pasa al final con Robinho, por quién fichará Alonso la próxima temporada…y no nos damos un suspiro para meditar qué tengo que hacer YO. No nos referimos sólo al próximo curso, que también, sino más allá: tu vida entera. Como bien sabes, no estamos aquí en el mundo por casualidad; Dios te ha creado para algo. Con un propósito. No estás aquí para sobrevivir hasta llegar a la otra vida. TÚ, has sido creado por Dios con un propósito concreto, una misión que sólo tú puedes llevar a cabo.

Cuando Dios te creó no dijo “ehm…bueno pues hacemos uno así más o menos majete y…que se busque la vida”. Dios antes de crearte a ti, pensó cuidadosamente qué necesitaba para el mundo. Es como ese director de cine que busca crear un personaje concreto para su historia. Y una vez que lo define en su cabeza, saca la lista de actores y dice “él, él podrá hacer este papel”. Así, el Señor primero te soñó “necesito alguien así”, y después te creó para que llevaras a cabo tal cosa. No existe la casualidad, eres tal como eres, con tus virtudes y defectos, porque Dios te necesitaba así.

Piénsalo fríamente: eres un sueño de Dios, un deseo de Dios. Te ha enviado a la Tierra para que hagas algo grande. Posiblemente el Señor creó a Nadal para ser un gran tenista y que nos diese alegrías a los españoles. A ese gran profesor que tanto te gustaba para que fuese un maestro y educador. A tus padres para que fuesen quienes te lo diesen todo. Al simpático cura de tu parroquia para que fuese vuestro pastor en la fe. Y así un largo etcétera. Y es que la vocación de cada uno es eso: descubrir, con la ayuda de Dios, para qué me envió al mundo. Y no es hipotecarse la vida en plan “seguro que me pide justo lo que soy incapaz de hacer”. El Señor te ha creado con los dones para hacer lo que tienes que hacer, ni más ni menos. Tu vocación no es una puñeta (finamente) de Dios, sino descubrirte a ti mismo, y descubrir para lo que vales y lo que te hará feliz. Puede ser cualquier cosa: madre/padre de familia, religioso, sacerdote, misionero…

TRANQUILO, no es coger tu vida y meterla en la ruleta de la fortuna: “te ha tocado…limpiador de cristales, ¡enhorabuena!”. Es normal que a uno le entre un poco de miedo al preguntar a Dios “¿qué quieres de mí?”, porque es decisivo. Quizás te pide algo que no te esperabas, algo que en un principio cuesta hacer. Por ello debes tener en cuenta algunas cosillas que en CIRCULAR creemos que es importante.

Para saber qué quiere Dios de ti…¡hay que preguntarlo! Y para ello no deberás comprarte una bola de cristal ni nada parecido. Tampoco te llegará un sms al móvil o un correo con la respuesta. Y los ángeles no suelen aparecerse. Sencillamente pregúntaselo al Señor, que Él es el único que lo sabe. Pregunta sin miedo. Cuesta, y puede dar temor, pero es la única forma de saber para qué estás aquí. Para preguntar primero debes estar abierto, de nada sirve decir “haré lo que quieras menos tal, tal y tal”. A Dios no puedes exigirle, porque esto va de amar, no de imponer. El Señor no te impondrá nada, sólo si estás abierto con amor a Dios Él te propondrá lo que quiere.

Una vez que sepas qué debes hacer (no te preocupes, Dios se las arregla para hacértelo ver), “NO TENGAS MIEDO”. Aunque sea algo para lo que te veas pequeño, confía en Dios. Por muy pequeño que seas da igual, porque es el Señor quien actúa a través de ti, tú sólo debes decir “sí, lo que tú quieras”. A partir de ese momento Dios te dará todas las fuerzas para llevarlo a cabo. Si tienes a Dios de tu parte nadie puede vencerte. Nadie.

Todos tenemos vocación, porque todos hemos sido creados por amor para algo. Y no importa si es algo más llamativo o menos. El mundo necesita héroes como padres, héroes como sacerdotes, héroes como religiosos, etc. Lo importante es que cada uno descubra con ayuda de Dios qué papel tiene en esta historia. Cuál es su camino, su vida. Es la única forma de ser feliz y cambiar el mundo. Así pues, pregunta a Dios en oración qué debes hacer, hazlo con su gracia, y prepárate para la pedazo de fiesta que nos tienen preparada Allá Arriba. Disfrute de la vida, compañero/a, y no te asustes si a veces cuesta y fracasas. Cristo ya ganó la partida por nosotros en el Calvario. Deja que Él te lleve de la mano por el camino de la vida, y que cada vez que fracases te levante. Pide ayuda a nuestra Madre, que ella te cuida como nadie. Mucho ánimo y buena suerte.


No luchas solo

Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo, supera las dificultades, logra la victoria, en esta gran batalla por la paz de las almas y de la sociedad.
Liturgia de Misa


¿Qué tal todo compañero/a? este domingo vamos a hablar un poco de la Virgen, Madre de todos los que han tenido y tenemos por costumbre vivir en este planeta. Y es que muchas veces solemos ver a la Virgen como una figura alejada de nuestras vidas reales, una especie de personaje abstracto que aparece en nuestras vidas en las procesiones de Semana Santa y…poquito más. Pero realmente cuando Jesús nos dijo en la Cruz "ahí tienes a tu Madre" no lo decía para quedar bien o para colgarse una medallita. Fue en ese momento de dolor y Salvación, cuando Cristo nos dio uno de los mejores regalos que nos ha dado jamás: a su propia Madre, para que sea la nuestra desde ese momento.

Pero como lo interesante es que la veamos y la queramos como realmente nuestra Madre, nuestra protectora e intercesora, déjanos darte alguna idea. Se cuenta, se dice, se rumorea, en el libro del Apocalipsis, que una "Mujer, vestida de azul, coronada por 12 estrellas y la Luna por pedestal", huyó al desierto y allí aguarda hasta el fin de los tiempos. No hace falta decir que la "Mujer" es la Virgen. ¿Para qué "huiría al desierto"? desde luego cualquier otro se habría ido a mejores sitios que un desierto. Sí, lógicamente es una metáfora, no hagas las maletas y te vayas al desierto del Kalahari para buscarla. Entonces, ¿qué significa eso de que la Virgen se va al desierto? El desierto refleja nuestras vidas, lo más pobre de nuestras vidas. El desierto es una figura que refleja la soledad, el dolor, la falta de amor, la falta de rumbo…y es ahí donde nos espera nuestra Santa Madre.

Tú y yo hemos vivido momentos de desierto. Todos vivimos momentos de desierto, es algo de lo que no podemos escapar. Nadie puede huir del dolor, del sufrimiento, de la soledad. Pero gracias a Dios, esos momentos ineludibles no los sufrimos solos. La Virgen, tu Madre, está allí esperándote, en el desierto de tu vida. Y te espera allí porque sabe que allí es donde la necesitas poderosamente, donde solo/a caerías. Por eso, Ella está ahí para sujetarte antes de que hinques la rodilla, antes de que te rindas, antes de que el dolor y la desesperanza acaben contigo.

¿Acaso no has notado cómo es en los momentos de dolor y dificultad cuando más te acercas a Dios, o cuando tomas las decisiones más importantes? Es difícil que uno se plantee profundamente su vida mientras celebra en Colón la victoria de España en la Eurocopa, pero cuando llega la dificultad es cuando uno debe sacar fuerzas de flaqueza y remontar la dificultad. Y es ahí donde tu Madre te espera para darte aliento y fuerza. El camino no lo hacemos solos. Es como esa canción de los hinchas del Liverpool "you will never walk alone". Así pues, compañero/a de viaje, recuerda siempre que nuestra Madre está tendiéndonos la mano en todo momento, en las buenas épocas, pero sobre todo en las malas épocas, cuando nuestra debilidad se hace más patente. Es como una madre, que siempre está disponible para ti, pero especialmente en los momentos chungos. Por ello, nunca te sientas solo/a porque tu madre camina contigo, sufre contigo, llora contigo, y se alegra contigo. Ella fue al "desierto" para estar con nosotros, para no dejarnos desamparados frente a la dificultad, porque es nuestra Madre que nos quiere con locura y jamás nos abandonará.

El resumen que podríamos darte es que trates a la Virgen como Madre tuya que es. Que la tengas presente en todo momento, que la pidas ayuda en todo momento, que la quieras todo lo posible, que nunca te separes de Ella, y que confíes plenamente en su consejo. Si haces esto cuentas con la mayor aliada, eso sí que es correr con Ferrari. Así pues… ¡a ganar!

PD: Como bien sabrás esta semana ha ocurrido un accidente terrible en Barajas. Nosotros, como cristianos, podemos aportar lo mejor que tenemos: nuestra oración. Te pedimos desde CIRCULAR que te acuerdes de las víctimas y que reces por ellas para que Dios las acoja en el Cielo y para que sus familiares y seres queridos lo superen pronto. En nombre de todos, GRACIAS


De Pastor evangélico pentecostal a ferviente católico

La comida material primero se convierte en el que la come y, en onsecuencia, restaura sus pérdidas y acrecienta sus fuerzas vitales. La comida espiritual, en cambio, convierte en sí al que la come, y así el efecto propio de este sacramento es la conversión del hombre en Cristo, para que no viva él sino Cristo en él; y, en consecuencia, tiene el doble efecto de restaurar las pérdidas espirituales causadas por los pecados y deficiencias, y de aumentar las fuerzas de las virtudes
Santo Tomás


Puede ser que te estés empezando a dar cuente de que ya ha pasado más de la mitad del verano. En medio de ese pensamiento puede salir la inquietud de que esto se acaba. Sí, esto se acaba y, quizás, no hemos sabido exprimir bien las vacaciones. No hemos estado con nuestros padres el tiempo deseado, no hemos hecho tantos planes con los colegas como pensábamos, te pudo la perecilla y no te has leído los libros que cogiste de la biblio, a la bici le ha salido óxido de no usarla, etc, etc… No te preocupes, todavía queda tiempo para volver a empezar. Porque así es el cristianismo, un continuo volver a empezar. No hay derrotas sino nuevas oportunidades, no hay predestinación sino libertad y lucha, no hay soledad sino comunión, no hay un Dios opresor sino un Padre que nos cuida.

Puede ser que tú y yo hayamos cuidado este verano muy bien nuestra piel del sol con miles de cremas, pero sin embargo no hemos protegido, mimado, mejorado o cuidado nuestra relación con Dios. Nos han podido miles de veces la pereza y ahora un 17 de agosto nos llevamos las manos a la cabeza viendo lo que hemos hecho. O mejor dicho: lo que NO hemos hecho. No te preocupes, todavía hay tiempo.

Para que descubras la riqueza de tu religión, hoy te traemos en CIRCULAR el testimonio de un pastor protestante que buscaba con ansia la Verdad. No entendía porque cada día se multiplicaba las divisiones entre los protestantes (5 nuevas denominaciones por semana en EE.UU.), ni porque la Iglesia no era una, ni porque se marginaba al personaje bíblico de María, ni porque los católicos creían en el milagro de la Eucaristía. Su corazón latía fuertemente por Dios y su búsqueda acabo en un cambio de religión. Él, tras mucho sufrimiento (ya que su matrimonio estuvo a punto de romperse por este motivo religioso), encontró la FE católica. Y ahora sí, como él bien dice, POR FIN ESTÁ EN SU CASA: la Santa Madre Iglesia.

PD: El testimonio empieza en el minuto 06:30 del video. Puedes pasar hasta ese momento ya que antes son anuncios y noticias del presentador del espacio televisivo.


20/4/09

Un domingo perfecto para no ir a misa

Si se me apremia a que diga por qué habiendo tantas
personas que por estado sirven a Dios y que hay tan pocos santos, responderé que la verdadera causa es la siguiente: que no apunta uno bastante alto

Padre Surin
¡Otra vez domingo, otra vez toca! Esa mañana me desperté tarde, la noche anterior con el calor torrante del verano madrileño no podía dormir. Además, tenía uno de esos vecinos generosos que comparten, a un volumen alto, su radio por las noches. (Todavía a muchos lo del respeto y pensar en los demás les suena a cuento chino).

Resumiendo, que mis ojos se abrieron al nuevo día a eso de las 13:25 del mediodía. Conclusión, no pude ir a misa de 12h. ¿Qué tuve que hacer? Ir a misa por la tarde pero… puff anda que eso no costaba.

En medio de esa crisis dominical me vinieron las frases de un colega a mi cabecita. Qué si la misa es un rollo, que si no sirve de nada, cuánto antes acabe mejor, que es un compromiso que cuanto antes lo cumplas mejor y así te olvidas… En absoluto estaba de acuerdo con él, sin embargo ese domingo mi carnecita débil me tiraba para abajo y me decía que ese era un buen domingo para no ir a misa.

Pese a que no me apetecía nada, fui a misa. Me estaba acercando al pomo de la puerta de la Iglesia cuando vi que la misa estaba empezada y oigo al sacerdote decir: EL SEÑOR ESTÉ CON VOSOTROS. Me quedé pensativo, busqué un sitio lo más atrás posible y me quedé pensando en esa frase. ¿Cómo que el “Señor esté con vosotros”? No estuve muy atento a la misa, la verdad. No podía quitar mi pensamiento de esa frase que volví a escuchar antes de empezar el Evangelio, también un poco antes de la Consagración. Escuché además que su Paz estaba entre nosotros cuando me tocó estrechar la mano de mis compañeros de banco y, por último, volví a oír esas palabras cuando acaba la misa. “El Señor esté con vosotros”…

Es gracioso pero sin darme cuenta llevo varios domingos de mi vida yendo a misa y jamás me había fijado en esa frase. Siempre la pasé por alto. Iba a misa, muchas veces, porque mis padres me llevaban de pequeño y al final a uno se le pegan las costumbres de los padres. No me apasionaba mucho pero tampoco me desilusionaba. Otras veces iba por iniciativa propia, porque ya era hora de dejar la adolescencia atrás y fomentar mi Yo adulto y maduro. Entonces me daba por darle vueltas a esto… ¿he asistido a cientos de misas por un hombre que falleció hace dos mil años?, ¿por alguien que no conozco?, ¿por alguien que ni pincha ni corta en mi vida? Y escuché de nuevo: “el Señor esté con vosotros”.

Parece estúpido, o quizás es muy común, pero tantas veces había puesto el piloto automático que respondía en misa sin saber qué era o qué significaba lo que decía. Observaba el pan en manos del sacerdote como quien no quiere la cosa, como si fuese algo más de una obra de teatro. Solía estar tan ocupado con mis problemillas, mis estudios y aficiones que jamás me daba cuenta de que el Señor estaba con nosotros. Jesucristo está vivo. El mismo que se ofreció por ti y por mí en la Cruz es el que se presenta a diario en las iglesias católicas del mundo. Cristo no se entregó por nosotros una vez, lo hace siempre, día a día. Cada misa se renueva el deseo de Dios de acercarse a los hombres, de continuar con la redención. De vivir en el corazón de quien lo recibe. “El Señor esté con vosotros” vuelve a sonar dentro de mí.

No sabía que el mismísimo Dios se interesaba por mi vida. No sabía que me hacía una perdida al móvil de mi vida a diario. No sabía que muchas veces los zumbidos que recibía en mi interior procedían de Él. No imaginaba que Él quería conocer a mis compañeros de clase, a mis colegas del barrio… que Él quería que yo se los presentase. No sabía tantas cosas de ti, Señor, que podría haber escuchado mil veces esa frase en misa hasta que ese domingo supe lo que me querías decir con ella. Que hoy, /10 de agosto de 2008 en mi caso), HOY SIGUES AQUÍ. Que no te has ido, te has quedado por nosotros. Te has entregado a una muerte de Cruz por gente tan despistada como yo. Y no te ha importado que millones de veces haya preferido miles de cosas antes que escucharte, tú has seguido ahí. Nunca te has ido. Y, ¿por qué? Porque “el Señor está con vosotros” Porque Él puede irse de vacaciones con nosotros, estar con nuestra familia, estar en nuestro noviazgo o matrimonio si lo tenemos, hacerse presente cuando las cosas cuestan y a la vez en las cosas que más nos apasionan. Él es así, no es de esos amigos que se entregan a medias. Ojalá que en más misas a las que vaya me vuelva a fijar en esas palabras porque quiero recordarme muchas veces que sigues aquí. No que un día lo sienta y otro no, sino porque sé que estás aquí.

El sacerdote dice “Que el Señor esté con vosotros”, el pueblo responde “y con tu espíritu”. Deséale eso a toda la gente que te importa. Que también en su espíritu noten el cariño de ese padre que se queda por las noches a oscuras en las Iglesias velando por si le necesitamos.



18/3/09

Dios fumó marihuana conmigo. Mi conversión al Catolicismo

Me siento orgulloso de estar sujeto a dogmas anticuados y esclavizado por credos muertos (como repiten sin descanso mis amigos periodistas), porque sé muy bien que los credos heréticos son los que mueren y sólo los dogmas razonables viven lo suficiente para que se les llame anticuados
Chesterton

Empezamos un mes nuevo, el segundo de agosto. Qué mejor forma de empezarlo que con un buen video. Hoy CIRCULAR te presenta la historia de un hombre que sufrió en sus propias carnes la dureza del pecado en muchas partes del mundo. Drogas, orgías, ceremonias satánicas… Muchos darían por perdido a gente así, pero la grandeza de Dios se demuestra en que no hay alma perdida por muy alejada que esté. Este video te dará aliento para confiar en la conversión de tu gente. Sé valiente y alucina con su testimonio.

Robó por drogas a su familia, fue arrestado 30 veces.
Sólo quería sentirse amado. Sólo quería ser parte del mundo.
Sólo quería que alguien le escuchará.
Mutiló su cuerpo y destruyó su vida.
PERO DIOS LE CURÓ

PD: El video tiene una imagen fija al principio. No te apures, dura sólo un minuto y cuarenta y cuatro segundos. OK? Es demasiado interesante para que te lo pierdas. El testimonio dura seis videos. En el primero el presentador da noticias que no tienen que ver mucho con el converso. Si te torra este principio puedes pasar hasta el minuto 4:30. Ahí empieza lo fuerte. Su historia.














25/2/09

Cura tus heridas

Nunca es demasiado tarde para empezar a hacerse santos

Padre Raniero Cantalamessa




Todos tenemos heridas. No es cuestión de ser más fuerte o más estoico; no puedes huir del hecho de que la vida es dura. Hasta el mismísimo Rambo sufre, y necesita pedir ayuda a su coronel (ya sabes, "no siento las piernas"). Por eso, un primer paso a la hora de curar las heridas es reconocerse limitado. Aceptémoslo, todos cometemos errores que nos pasan factura y nos pesan.

Estas heridas, las heridas del corazón, son especialmente molestas. Estamos hablando de aquellas "pupas" que surgen de nuestra soberbia, nuestro egoísmo, nuestra envidia, el odio, la desesperanza...son fruto de nuestros errores y de lo duro de la vida, y suponen un lastre para nosotros. Si te analizas a tí mismo un poquito, verás cómo lo que más te duele dentro de tí es ese tipo de cosas: no es tanto lo de fuera lo que te hace daño como lo de tu interior. Y eso le pasa a todo hijo de vecino. E incluso, una espina especialmente fuerte en nuestro corazón es el desprecio a nosotros mismos: ¿cuántas veces no te has odiado a tí mismo?, ¿cuántas veces no has deseado ser distinto, ser lo que no eres? ése sí que es un temazo, la autoaceptación.

"Vale, dabuten, ¿y ahora qué hago entonces?" básicamente hay dos opciones:

La primera, poco recomendable, es hacer como si nada ocurriera. Seguir tu vida sin más sin prestar atención a tus heridas y a tus dolores más profundos. Eso funciona...un tiempo. Irás acumulando en tu equipaje mucho peso, y llegará un momento en el que no puedas más y te "subas por las paredes". Esto no es ningún mito o cuento de abuelas. Pasa. ¿Por qué crees que se está poniendo de moda eso de los psicólogos y los psiquiatras? no es raro que gente aparentemente sana y equilibrada, tenga un profundo pesar en su interior, tenga un problemón desde hace años que le va comiendo por dentro. Y si lo ignoras como si nada ocurriera, irá creciendo hasta que no puedas más. Por eso, antes de que eso pase... ¡actúa!

La segunda opción, recomendable, es la de tratarlo cuanto antes. ¿Cómo? acudiendo a quien mejor nos entiende, nos cuida y nos cura: Dios. Es bueno que tengas alguien, un amigo/a, a quien contarle tus cuitas. Nos podrán dar consejos y ayudar. Pero lo que viene siendo curar, sólo Dios puede. Y por ello mismo creó el sacramento de la Confesión, de la Reconciliación. Existe mucha leyenda en torno a esto, pero la realidad es que es algo bien simple: contarle a un sacerdote tus pecados, tus heridas, tus problemas, tus errores. Él, en nombre de Jesucristo, te perdonará los pecados y te dará consejo.

"¿Contarle a un cura mis movidas? lo mismo". Hay gente que piensa así. Podría darte muchas razones teológicas de por qué debe ser un cura, pero así entre tú y yo, no somos teólogos y posiblemente no entenderíamos la mitad. Pero sí puedo decirte que un cura es la mejor opción. En primer lugar porque (y esto es teología, pero a nivel de usuario, ¿eh?) Jesús dio poder a los apóstoles para perdonar pecados. Y esto no lo hizo para "tirarse de la moto", sino porque quería que contasemos con personas que nos pudiesen perdonar los pecados para poder descargar nuestro corazón. En segundo lugar, porque necesitamos saber que Dios nos perdona. La tranquilidad que le viene a uno cuando se arrepiente y se confiesa es total; ya sabes que quien realmente importa, Dios, te ha perdonado (¡yuhu!). Además, el sacedote también aconseja. Es lo que llamamos dirección espiritual: usease, alguien que te reconforta, que te ayuda y te recomienda qué debes hacer. En resumen, uno se mete al confesionario torrao' y cansao' de todo y sale dispuesto a comerse el mundo. ¡¡¡Y es gratis y puedes hacerlo cuantas veces quieras!!! (cómo era aquello de Media mark..."¿yo no soy tonto?").

Con esta segunda opción, te aseguro que todo irá mucho mejor. Seguirás teniendo problemas, y seguirás cayendo. Pero tendrás siempre a Dios dispuesto a levantarte cuantas veces sea necesario para que puedas continuar. Además que no te preocupes de tener siempre los mismos fallos, y de confesarte siempre de lo mismo. A todos nos pasa. Y sea lo que sea, un sacerdote nunca se sorprende de lo que le cuentes: ha oído ya tantas cosas que...y sobre todo, ten en cuenta que si hay alguien que entiende al ser humano y sus límites es un cura. Donde tú crees que oirás un "pero hombre Pepe, ¿cómo has podido hace eso?", oirás en realidad un "pues no te preocupes, mucho ánimo y a por ello". Así pues, querido veraneante, no te olvides que cada cierto tiempo (15 días o como veas) y con periocidad, es bueno que hagas una paradita en boxes y te cambies neumáticos, eches gasolina...ya sé que puede costar y dar vergüenza, pero no hay método mejor para curarse y poder seguir con el coche más rápido en la carrera de la vida.


17/2/09

Nunca es demasiado tarde para empezar a hacerse santos
Padre Raniero Cantalamessa

No es raro escuchar a menudo lo mal que va el mundo, lo perdida que está la gente, el vacío general de la sociedad, etc. Es común que uno llene conversaciones con amigos sobre los múltiples fallos y defectos de los que le rodean. Pasamos largos ratos hablando y pensando en todo lo que no nos gusta de la sociedad. Y sin embargo, ¡cuánto escasean las conversaciones sobre cómo cambiar la situación!, ¡qué poco se nos oye hablando de soluciones o cómo vamos a arrimar el hombro para levantar el mundo!

¿Has oído esa famosa frase que dice "deja de pensar qué puede hacer el país por ti, y piensa más en qué puedes hacer tú por el país"? pues ahí radica el problema. Nuestro problema. Tenemos la sensación de que esto es como comer en el Burguer King: yo pido el menú a mi gusto. Por eso, si algo no nos gusta nos quejamos. Si algo va mal lo criticamos; "claro hombre, ¡tengo derecho a quejarme!". Pero seguro que sabes que quejarse y patalear no sirve de nada.

Y es que el mundo necesita héroes. Un héroe no es alguien que se transforma en verde y mide tres pisos cuando lo necesita. Un héroe es más aquella persona que es capaz de plantarse y decir "no", cuando el resto dice lo contrario. Un héroe es aquél que es capaz de pensar por sí mismo, y puede ir contra corriente. Un héroe es aquél que busca la verdad aunque pese, aunque suponga sacrificios. Pero sobre todo, compañero, un héroe es ése que quiere cambiar el mundo a mejor, ése que entrega su vida para mejorar su sociedad y su mundo.

"Pff, cambiar el mundo dice…anda no te flipes, tío". Te entiendo. Según la descripción parece que para cambiar el mundo uno debe ser una especie de Aragorn que va matando a múltiples enemigos en una épica historia. O un líder histórico en plan Gandhi. En ese caso, posiblemente ninguno de nosotros podamos hacer nada. Mejor cerrar el correo y volver al sofá para animar a Alonso, que ése sí que cambia la Historia.

Pero qué va. El mundo actual necesita otro tipo de héroes. Si queremos cambiar todo aquello que nos disgusta, todo aquello que está mal, debemos ser héroes. El cristiano está llamado a ser un héroe. No por sus éxitos o brillantez, sino por el sudor de su frente. No se necesita a un líder masas tanto como a un líder entre de la masa. Se necesita más a un sacrificado padre de familia que lucha por dar lo mejor de sí a los demás. Se necesita más a jóvenes valientes, capaces de dar testimonio de Jesús. Se necesita gente normal, de la calle, como tú o yo, para cambiar el mundo.

Y es ahí donde entramos nosotros. No tienes que ser brillante ni especial. No tienes que irte a Sol a ponerte a gritar a voz en cuello, y subido a un taburete, lo bueno que es Dios. Simplemente da testimonio de vida. Conciénciate de que todos los errores del mundo actual son, en realidad, nuestras omisiones. Que si 12 hombres cambiaron un imperio, nosotros podemos cambiar… ¡el barrio!, y ya después cambiaremos el mundo. Pero date cuenta de que tú eres el protagonista en esta historia. De que el mundo te necesita, de que Dios te necesita. De que todo lo que tú no hagas, nadie lo hará. No esperes a que de repente surjan por generación espontánea miles de personas dispuestas a hacerlo por ti. Todo lo que tú no des, todas las personas que no ayudes, todo lo que pases de hacer… se perderá.

Uno de los grandes dramas de la Iglesia es que el cristiano medio tiende a estar pasivo. Nos acabamos contentando con hacer un par de cosillas y vivir a nuestro rollo. Y no nos damos cuenta de que hemos sido elegidos para ayudar a otros. Y hemos sido elegidos no por nuestras virtudes (¡si somos unos gañanes!), sino por amor de Dios. Gratis. Y es por eso por lo que Jesús dijo "lo que recibisteis gratis, dadlo gratis". Ya sé que da pereza, que tomar conciencia y comprometerse a darlo todo para cambiar el mundo es un plastazo. Pero la realidad es que Dios te lo pide. El mundo te necesita. Y además, una vez que tomas conciencia, es la misión más increíble de la vida. Y es como uno encuentra felicidad. Frodo pudo haberse quedado en la Comarca, fumando pipa espatarrado en su jardín. Pero entonces el mundo habría sido destruido. En cambio, entregó su vida y salvó su mundo. Y pudo marcharse feliz por ello. De no haberlo hecho, habría sabido toda su vida que él podría haber hecho algo, que en su mano estuvo el cambio.

Pero esta decisión es sólo tuya. Tú eliges si quieres ser el protagonista de algo grande, o el espectador de esta "crónica de una muerte anunciada". Tú eliges si salvas a la Comarca o esperas su destrucción. Sí, son palabras graves, pero es que con que te asomes un poco a la calle verás lo mucho que sufre la gente, lo necesitada que está de la Paz de Dios. Esto no es un juego. Nuestro mundo llora, nuestros amigos lloran. ¿Existe mayor razón para consolarlos?

Si finalmente eliges la primera opción, comprometerte a cambiar el mundo, recuerda que sólo necesitas estar muy pegado a Dios, y dejar que Él te guíe. No es un camino fácil y está lleno de frustraciones. Pero merece la pena, y Dios sabrá darte el ciento por uno. No importa quién seas, ni cómo seas, si eres rico o pobre, si eres de ciudad o no, si tienes una edad u otra. Sólo necesitas en tu mochila a Dios. No tengas miedo, y déjate guiar por Jesús. Bienvenido a la mayor aventura de la vida.