Hoy te proponemos en CIRCULAR un breve ejercicio que es realmente necesario en nuestras vidas: dar gracias. Como bien reza un refrán español “es de bien nacidos ser agradecidos”. Pero ya no es sólo por quedar bien, sino porque aprender a apreciar nuestra vida y todo lo que tenemos como un don gratuito y no como un derecho que nos merecemos e incluso podemos reclamar, cambia enormemente nuestra mentalidad y nuestra forma de encarar las cosas.
Lo más importante para poder ser una persona agradecida es descubrir todo lo que se nos ha dado sin mérito personal alguno. Imagina por un momento que sales de tu cómodo mundo vital y piensas en otros lugares y países donde se vive con grandes dificultades. Millones de personas mueren del hambre en el mundo; millones sufren guerras, violencia, desgarros familiares terribles… es muy espectacular comparar nuestros problemas (que indudablemente pueden ser muy graves) con los de estas personas, nos puede servir para ponerlos en su sitio, en la gravedad que realmente tienen. Y nuestra, a priori, más asequible situación general (tenemos comida en el plato, ordenador, etc), es un puro regalo. Podría ser un primer motivo de acción de gracias a Dios.
Pero no podemos quedarnos ahí, en absoluto. Debemos concretar mucho más ¿Cómo? Yendo directamente a lo que más nos toca el corazón en la vida. For example, y quizás lo inicial, la familia: nuestros padres, hermanos, primos y un largo etcétera. Todo eso lo pensó Dios para ti, de manera personal. Te regaló tu familia para ti. En segundo lugar, lógicamente, los amigos. Sin amigos nadie podría crecer saludablemente como persona, sin ese compartir vital con el otro que tanto necesitamos. Piensa en la cara de cada amigo, amigo de verdad (no valen todos los de facebook, tuenti, hi5…), que tienes en tu vida. Si te los topaste fue simple y llanamente porque Dios así lo planeó, porque quería que los conocieras y llenasen tu corazón de la manera en la que lo hacen.
En otro orden de cosas, te animamos a que medites sobre tu vocación profesional, tus hobbies y aficiones más profundas… todo creado y puesto por Dios en tu vida para que pudieses beneficiarte de ello. Dedica unos momentos a meditar todas estas cosas.
Regalarte la felicidad
¿Lo hiciste? Venga, venga, en serio, hazlo……….. ¿ya? Pues aquí viene la reflexión más importante: todo lo hizo Dios para hacerte feliz. Todo el amor que recibes en tu familia, en tus amigos, y el regocijo que hallas en tu trabajo y en tus aficiones, te lo otorga Dios gratuitamente. Por amor. Y es que todo lo que vivas de bueno en este mundo es sólo un aperitivo del Amor que el Señor te tiene de manera personal, y que le llevó a la misma Cruz. El Amor de Dios no es abstracto; se traduce, con todos los fallos humanos, en el amor que te dan los demás y que tan fundamental es para ti. Solo que el Dios es multiplicado por infinito. Así es Él.
Por tanto, abandonemos esas actitudes egoístas y egocéntricas que nos hacen pensar que lo que tenemos “nos lo hemos ganado a pulso con nuestro sudor”, y por tanto nos podemos quejar de lo que tenemos y de nuestro prójimo, cuando en realidad hay que dar gracias a los demás y especialmente a Dios, porque todo lo que tenemos es regalo. Nosotros lo podemos administrar mejor o peor, pero todo lo bueno de nuestra vida procede de Aquel que todo lo crea y te creó por Amor. ¡Agradéceselo! Pero ¡ey! No sólo hoy sino… ¡todos los días cuando te levantes! “Señor, gracias por la vida, por crearme y por amarme. Gracias por el día que hoy me concedes”. Buah, es una oración que hará que a Dios se le caiga la baba, y tú vivirás con una paz y alegría inigualables.
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Visita de BXVI a Inglaterra
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