
16/9/07
Por qué hacer oración
Orar no significa sólo que podemos decir a Dios todo lo que nos agobia. Orar significa también callar y escuchar lo que Dios nos quiere decir
Juan Pablo II
Es triste, pero es una realidad. Hoy en día los creyentes rezamos muy poco o ni siquiera rezamos. ¿Por qué? Paso, No tengo tiempo, No sé cómo empezar, etc. Son algunas de las miles de cosas que se nos pasan por la cabeza a la hora de plantearnos la posibilidad de empezar a hablar con Dios. Ahora bien, lee esto:
Estás, seguro, harto de ver un anuncio en TeleCinco llamado “la Fuerza del 5”. Y es cierto, te lo explico. En nuestro día cualquiera puede dedicar 5 minutos a algo.

5min todos los días de la semana son 35min semanales
35min X 52 (semanas que tiene el año) hacen 1.820min
1820 min X 75 años (media de edad de mortalidad española) hacen 136.500min
136 500min son 2 275 horas
2 275 horas son 94 días
94 días son 3 meses
3 meses corriendo te ponen en forma, 3 meses estudiando, sin parar, hacen de ti un Mister Sobres y 3 meses (de 24h diarias) rezando te CAMBIAN LA VIDA.
La oración puede cambiar vuestra vida. Ya que aparta vuestra atención de vosotros mismos y dirige vuestra mente y vuestro corazón hacia el Señor. Si nos miramos solamente a nosotros mismos, con nuestras limitaciones y nuestros pecados, tomará cuerpo en nosotros con suma rapidez la tristeza y el desconsuelo. Pero si tenemos nuestros ojos fijos en el Señor, entonces nuestro corazón se llenará de esperanza, nuestra mente se iluminará por la luz de la verdad, y llegaremos a conocer la plenitud del Evangelio con todas sus promesas y su vida
Juan Pablo II
¿Eres creyente?, pues que pena será que el día el día de tu muerte subas a la puerta del cielo y te encuentres de frente con desconocido: Dios. ¡Qué diferente hubiese sido si hubiese rezado TODOS los DÍAS 5 miseros minutos! En vez de delante de un desconocido, estarías delante de un COLEGA. Esos 3 meses de tu vida hubieran hecho que conocieses a una PERSONA que te quiere, que te aprecia por como eres. También con tus defectos. Conocerías a un amigo que dio la vida por ti en un Cruz. Un amigo que puede acompañarte en cine, puede nadar contigo en la playa y tomar el sol, puede ayudarte a saber que tienes que esforzarte más en clase, en tus estudios, en tus amistades. Porque ese AMIGO te hubiese hecho entender que puedes hacer, simplemente, lo cotidiano o puedes dar gloria a Dios y servir a los hombre haciendo lo cotidiano.
Si hoy empiezas a rezar todos los días 5 minutos tu vida, y la del mundo, cambiarán para siempre. ¿Te apuntas al reto?
¿Qué es la oración? Comúnmente se considera una conversación. En una conversación hay siempre un «yo» y un «tú». En este caso un Tú con mayúscula. La experiencia de la oración enseña que si inicialmente el «yo» parece el elemento más importante, uno se da cuenta luego de que en realidad las cosas son de otro modo. Más importante es el Tú, porque nuestra oración parte de la iniciativa de Dios
Juan Pablo II
Cómo lo concretamos...
- Concrétate 5 minutos al día para dedicarlos a Dios. Un momento tranquilo, en un sitio tranquilo (una iglesia, tu cuarto, un parque)
- Cógete un Evangelio y reza con él. Si no tienes vete a estas webs:
http://es.catholic.net/biblia/
http://www.pastoralsj.org/ (en el apartado de BIBLIA) - Pregúntale muchas cosas a Dios, y oirás dónde quiere que luches
- Concreta con Él pequeñas metas y, con el tiempo y la ayuda de Dios, se transformarán en grandes victorias.
- Ayúdate de los circulares y de los textos de CIRCULAR
- Y, sobre todo, recuerda que hacer oración es pasar un tiempo con una Persona amada. Unos días saldremos animados de la oración y otros no, pero es que lo importante en el amor no es uno mismo sino el otro. Lo importante es pasar con Él ese tiempo. Asique no te desanimes, tu perseverancia es la llave para el triunfo final.
Presencia de Dios
“Dios está en todas partes”. A menudo habrás oído esto cuando eras pequeño. Y es cierto, a Dios lo podemos encontrar en la naturaleza, en nuestro organismo, en pequeños detalles de la vida, en los gestos de generosidad de nuestros amigos, en una llamada de teléfono, etc. Detrás de todo esto está Dios. Pero saber esto qué nos aporta.
Recuerdas cuando eras pequeño y creías en los Reyes Magos, ¡qué tiempos, verdad! Seguro que si haces memoria vuelves a escuchar a tus padres diciéndote “pórtate bien que los Reyes lo ven todo”. Y tú, con la inocencia de los niños, dejabas de portarte mal y te esforzabas por hacerlo mejor.
Pues, el saber que Dios está todo el día con nosotros, que desayuna contigo mírandote como comes tus cereales marca “Carrefour”, que se sube al vagón del metro contigo, que te quiere animar a esforzarte para atender en clase, que está apoyándote cuando te da pereza de estudiar por la tarde, … tiene que darte fuerzas para esforzarte a lo largo del día. Si tuviesemos más PRESENCIA DE DIOS a lo largo del día sabríamos que no se pueden hacer chapuzas en la vida, que no se puede perder el tiempo, que no se puede ser egoísta, que hay que ayudar mucho más a tus amigos. Porque Dios está contigo todo el día. Y si eres consciente de esto, le pedirás mucha más ayuda en tu jornada. Le pedirás por ese de clase que sufre porque no aprueba ni una; si vives en presencia de Dios oirás a Cristo susurrarte el vencer la pereza y portarte mejor en casa. Oirás que Dios te quiere, y como te quiere te exige que quieras a los demás. Que encuentres a Dios en todo el que te rodea, y que les ames como Dios les amaría.
También tienes que ser consciente de que Dios te busca continuamente a lo largo del día. Que cuando a veces te hartas y te encierras en tu cuarto porque crees que nadie te entiende, Dios está al otro lado de la puerta esperando a que abras para darte un abrazo. Que Dios te quiere más de lo que crees, que dio la vida por ti en la Cruz. A veces cuando sientes ese “me falta algo” en tu vida, es porque tienes que acabar de convencerte de que ese Algo, no es Algo sino ALGUIEN, y ese Alguien es Dios.
Pero, ¿cómo y dónde encontrar a Dios? Te sorprenderás, pero es en tu vida cotidiana. Es estudiando el examen de mañana, es yendo al cine con tus colegas, es estando en casa con tus padres, es en una llamada a un amigo que hace mil que no le llamas, es esforzándote por no hacer chapuzas en tu vida, es esforzándote por ser generoso con tus compañeros, etc.
Cómo lo concretamos...
Recuerdas cuando eras pequeño y creías en los Reyes Magos, ¡qué tiempos, verdad! Seguro que si haces memoria vuelves a escuchar a tus padres diciéndote “pórtate bien que los Reyes lo ven todo”. Y tú, con la inocencia de los niños, dejabas de portarte mal y te esforzabas por hacerlo mejor.
Pues, el saber que Dios está todo el día con nosotros, que desayuna contigo mírandote como comes tus cereales marca “Carrefour”, que se sube al vagón del metro contigo, que te quiere animar a esforzarte para atender en clase, que está apoyándote cuando te da pereza de estudiar por la tarde, … tiene que darte fuerzas para esforzarte a lo largo del día. Si tuviesemos más PRESENCIA DE DIOS a lo largo del día sabríamos que no se pueden hacer chapuzas en la vida, que no se puede perder el tiempo, que no se puede ser egoísta, que hay que ayudar mucho más a tus amigos. Porque Dios está contigo todo el día. Y si eres consciente de esto, le pedirás mucha más ayuda en tu jornada. Le pedirás por ese de clase que sufre porque no aprueba ni una; si vives en presencia de Dios oirás a Cristo susurrarte el vencer la pereza y portarte mejor en casa. Oirás que Dios te quiere, y como te quiere te exige que quieras a los demás. Que encuentres a Dios en todo el que te rodea, y que les ames como Dios les amaría.
También tienes que ser consciente de que Dios te busca continuamente a lo largo del día. Que cuando a veces te hartas y te encierras en tu cuarto porque crees que nadie te entiende, Dios está al otro lado de la puerta esperando a que abras para darte un abrazo. Que Dios te quiere más de lo que crees, que dio la vida por ti en la Cruz. A veces cuando sientes ese “me falta algo” en tu vida, es porque tienes que acabar de convencerte de que ese Algo, no es Algo sino ALGUIEN, y ese Alguien es Dios.
“Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza (…). Nos has hecho para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en Ti ”
San Agustín
Pero, ¿cómo y dónde encontrar a Dios? Te sorprenderás, pero es en tu vida cotidiana. Es estudiando el examen de mañana, es yendo al cine con tus colegas, es estando en casa con tus padres, es en una llamada a un amigo que hace mil que no le llamas, es esforzándote por no hacer chapuzas en tu vida, es esforzándote por ser generoso con tus compañeros, etc.
“Allí donde están vuestras aspiraciones, vuestro trabajo, vuestros amores, allí está el sitio de vuestro encuentro cotidiano con Cristo. Es en medio de las cosas más materiales de la tierra donde debemos santificarnos, sirviendo a Dios y a todos los hombres. En la línea del horizonte, hijos míos, parecen unirse el cielo y la tierra. Pero no, donde de verdad se juntan es en vuestros corazones, cuando vivís santamente la vida ordinaria…”
San Josemaría
Cómo lo concretamos...
- Poner los 5 sentidos en lo que haces. Ofrécelo por tu gente
- Pensar en Dios, que te acompaña en tu día.
- Saludarle físicamente, si pasas cerca de alguna iglesia. O con tu pensamiento, si no tienes la ocasión.
- Encomendar a tu Ángel de la Guarda, pa´ que te eche un cable
- Vívela presencia de Dios con naturalidad, sin rarezas
- También aprovechar los medios materiales: cambiarse el reloj de mano, el móvil de bolsillo, ponerse imágenes de la Virgen a la hora de estudiar
Que nos aportará:
- Rectituz de intención
- Da serenidad y paz. Dejar las cosas, sobretodo las malas, en las manos de Dios.Confiando en Él
- Ver a Dios en todos. Y así ver la vida como un don maravilloso donde poder servir, en todo momento, a Dios y a los hombres.
14/9/07
Consejos para rezar
Dios responde con claridad, pero no todos entienden con claridad. Todos preguntan lo que quieren, pero no todos oyen lo que quieren. El que mejor escucha y obedece a Dios es el que no se preocupa de oírle decir lo que desea, sino que se esfuerza por querer lo que Dios le dice.
San Agustín
No pienses en cosas raras, si te animas a empezar a rezar vale con que le dediques un ratito diario a Dios, por ejemplo empieza con 5 minutos al día ¡Ala! Qué dices…qué poco. ¡Que no! Son cinco minutos de hoy, de mañana, pasado, al otro, etc… cinco minutos diarios de toda una vida son miles de horas dedicadas a Dios. ¡Se generoso!, Él te lo devolverá con creces.
LUGAR
- En realidad, puedes rezar en cualquier parte pero, para que te ayude, el sitio debe animarte a un silencio tanto externo como interno.
- Algún día te podrás escapar a una iglesia, que es la mejor opción, delante de un sagrario.
- Pero otras veces no podrás por tiempo o sitio, así que por supuesto que puedes hacerla en tu cuarto tranquilamente.
- En verano, cuando vayas al pueblo, puedes escaparte un ratito y contemplando el paisaje aprovechar para hablar con el de “Arriba”.
- En invierno, es muy especial hacerla delante de un belén.
- Mientras te ayude a recogerte interiormente, y que no tengas distracciones externas, puedes empezar a rezar.
HORA
- La hora, la que mejor te venga por tu horario. Es importante que sea un hora fija, más que nada porque ya sabes como se puede complicar un día (curro, deberes, exámenes, teléfono, imprevistos…); también es importante que sea una buena hora, porque si lo dejas para el final del día, cuando te estas poniendo el pijama…(entre tú y yo)… ¡lo mismo rezas algo!, jeje
AYUDA
- Es bueno que te ayudes de un evangelio, o un libro o texto piadoso (como los que recibes con “circular”) porque no siempre te será tan fácil contarle a Dios lo que te pasa, o quizás habrá días que no se te ocurra nada. Cuando medites esos textos en tu oración, busca ver que te dicen, qué te quiere decir Dios con él.
- Es útil pillarte una agendita, o un cuadernito. Te servirá para concretar cosas con Dios: luchas, metas, ilusiones, fallos, propósitos que os marquéis. Por que sino puedes caer en que una oración inconcreta. Y Dios quiere que luches y que te pongas metas para querer más y mejor a tus padres, amigos, compañeros. Quiere que te examines junto Él (hablo de Dios, claro XD) de cómo trabajas, de si eres vago o no, puntual, ordenado o desordenado, chapucero o detallista; quiere que te examines para ver que tal es el trato con tu familia, con tu gente; quiere que seas generoso y que le pidas MUCHAS COSAS, por tu abuela para que se mejore, por tus exámenes, por tu estudio para que no seas vaguete, para pedirle que te enseñe a rezar, que te aumente la fe, para pedirle oír su voz y así saber su voluntad…etc. El objetivo de tu oración debe ser conocerte, conocer a Dios y que Él te conozca a ti.
Esto es lo que Jesús piensa de ti
Si lloras, estoy deseando consolarte.
Si eres débil, te daré mi fuerza y mi entrega
Si nadie te necesita, yo te busco
Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.
Si estás vacío, mi plenitud te colmará.
Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas.
Si quieres caminar, iré contigo.
Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
Si estás cansado, yo soy tu descanso.
Si estás cansado, yo soy tu descanso.
Si pecas, soy tu perdón.
Si me hablas, trátame de tú.
Si me pides, soy don para ti.
Si me necesitas, te digo: aquí estoy, dentro de ti.
Si te resistes, no quiero que hagas nada a la fuerza.
Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
Si eres infiel, yo soy fiel.
Si quieres conversar, yo te escucho siempre.
Si me miras, verás la verdad de tu corazón.
Si estás en prisión, te voy a visitar y a liberar.
Si te quiebras, curo todas tus fracturas.
Si te manchas, no quiero que salves las apariencias: Yo te limpio.
Si piensas que soy tu rival, yo no quiero quedar por encima de ti.
Si quieres ver mi rostro, mírame, aquí, en la Eucaristía.
Si estás excluido, yo soy tu aliado.
Si todos te olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote
Si no tienes a nadie, me tienes a mí.
Si buescas el silencio, mi Palabra habitará en tu corazón.
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Dios te ama,
Jesucristo,
Oración
Qué es hacer oración
No digáis que no sois dignos de Él. Es verdad que no sois dignos, pero le necesitáis. Si lo que Nuestro Señor hubiese tenido en cuenta hubiese sido nuestra dignidad, nunca habría instituido su hermoso sacramento de amor, pues nadie en el mundo es digno de él, ni los santos, ni los ángeles, ni los arcángeles; pero Él ha tenido en cuenta nuestras necesidades, y todos tenemos necesidad de Él. No digáis que sois pecadores, que tenéis demasiadas miserias y que es por lo que no os atrevéis a acercaros. Sería tanto como alguien que dijese que está demasiado enfermo, y que por eso no quiere probar un remedio, que no quiere llamar al médico.
Hijos míos, si comprendiéramos el precio de la santa comunión, evitaríamos hasta las mínimas faltas para tener la felicidad de poder comulgar más a menudo.
Conservaríamos nuestra alma siempre pura a los ojos de Dios
Santo Cura de Ars
A veces nos encerramos en nosotros mismos pidiendo cosas y ayudas para esta vida, olvidándonos de Dios, del prójimo y de las cosas que benefician a nuestra alma.
Hay un refrán popular que reza "Solo se va al pozo cuando tiene agua", y desgraciadamente a veces sólo hacemos oración o nos dirigimos a Dios cuando tenemos un problema tan grave que no encontramos la manera de resolverlo solos. También nos acordamos de Dios cuando queremos algo: una nueva casa, un nuevo coche, que nos consiga un trabajo, etc. en ocasiones muy poco nos acordamos de Él para alabarlo por las maravillas que hace todos los días. Es necesario poner a Dios primero en nuestra oración, porque Él nos lo da todo y es infinitamente generoso. Si le damos las gracias a un camarero porque nos sirvió un café en un restaurante, ¿No tenemos acaso una obligación infinitamente más grande con el Sumo Creador, que nos da vida, la luz del sol, el aire que respiramos y que lo ha hecho sin tener ninguna obligación? Nuestra oración debe comenzar por Él y no por nosotros.
Ahora bien, es perfectamente válido pedirle a Dios lo que necesitamos, Jesucristo nos ha enseñado a hacerlo y a tenerle confianza y solicitarle lo que nos hace falta:
"Yo os digo: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!" Lc 11, 9-13
El problema está en que a veces únicamente le pedimos cosas materiales y temporales ¿Y dónde dejamos a nuestra alma?
El Santo Cura de Ars en su Sermón sobre la Oración dice "Podéis pedir cosas temporales... mas siempre con la intención de que os serviréis de ellas para gloria de Dios, para salvación de vuestra alma y la de vuestro prójimo; de lo contrario, vuestras peticiones procederían del orgullo o de la ambición; y entonces, si Dios rehúsa concederos lo que le pedís, es porque no quiere perderos". Es importante reflexionar que antes de pedir cualquier cosa temporal, hay que pensar en pedirle a Dios que perdone nuestras faltas y las ofensas que contra él hemos cometido. Como seres humanos podemos muy poco. Tendemos a ser débiles, a que nos falte voluntad, generosidad, Fe. ¿Qué hacer entonces? ¡Pues pedirle su ayuda! Rogarle que haga del nuestro un corazón generoso, que nos ayude a tener más y más fe. Esto lo expresa muy bellamente (y puedes llevarlo a tu oración si te faltan palabras) el Papa Clemente XI en el primer párrafo de su "Oración Univeral": "Creo en Tí, Señor, pero ayúdame a creer con más firmeza; espero en Ti, pero ayúdame a esperar con más confianza; te amo, Señor, pero ayúdame a amarte más ardientemente; estoy arrepentido, pero ayúdame a tener mayor dolor"
Si ponemos primero a Dios en nuestra oración, entonces vamos por el camino correcto
Y, ¿qué es la oración?
La oración es un camino. Orar es una gran aventura y un gran misterio que todo cristiano debería vivir con intensidad. Orar es acercarse a Dios para entablar un diálogo amoroso. Orar es amar, reír, llorar, soñar, pero también es comprometerme, responsabilizarse, confiar, esperar...
Orar no es pasar un rato tranquilo en que pienso en mis cosas, en mis problemas, en la gente que quiero. Tampoco es una receta contra la "depre", ni una "pastilla" que me permita dormir tranquilo. Orar no es pedirle a Dios que me dé lo que me toca de la "herencia", por ser su hijo; no es jugar con Dios a través del "si me apruebas los exámenes, te pongo dos velas"; Orar no consiste en buscarme justificaciones a las cosas que hago bien o mal; orar no es culpabilizarme de todo lo que pasa a mi alrededor.
Orar es querer encontrarse con Dios, es vivir por los demás; orar es huir de los falsos sueños pero vivir por la utopía del Reino de Dios; orar es desear buscar dentro para sacar fuera y compartir con los demás; orar es investigar en lo profundo de mi personalidad; orar es entregarse.
La oración es un don y una gracia que nos concede Dios y que hay que pedir insistentemente. Por ello es tan importante la disposición interna y externa. Debemos disponer toda nuestra persona para este encuentro con Dios a través de la oración. Para ello es necesario hacer como si todo dependiera de mi, pero al mismo tiempo sabiendo que todo viene de Dios.
Os animo a que poco a poco os vayáis sumergiendo en esta estupenda aventura que supone la oración. Y os aseguro que no os arrepentiréis de haberla comenzado.
NO HAY CAMINOS PARA LA ORACIÓN, LA ORACIÓN ES EL CAMINO
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