21/11/10

“No dejéis de rezar”














El viernes 19 de noviembre, los jóvenes del Arciprestazgo de Rivas se reunieron en oración para prepararse para la JMJ Madrid 2011. Entre los diversos rezos y cantos, el párroco leyó a los jóvenes una carta de un amigo muy especial.
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Queridos jóvenes del Arciprestazgo de Rivas Vaciamadrid:

Me he enterado que hoy os reunís en la parroquia de San Maximiliano Mª Kolbe, para orar por el futuro encuentro que tendréis el año que viene con el Papa; me es imposible estar con vosotros corporalmente, así es que lo hare a través de esta carta que os leerá el párroco esta noche:

Me presento, me llamo Ramón, así me pusieron el día de mi bautismo. Nací en Polonia hace mucho tiempo.(7 de enero de 1894). Mis padres se llaman Julio y María, tengo 4 hermanos.

Cuando tenía 10 años recibí una inesperada visita, me encontré en casa con la madre del que está ahora en el altar que me ofrecía dos coronas de flores, una de color blanco y otra de color rojo, me decía que la corona de color blanco significaba la santidad y la de color rojo significaba el martirio. La madre me invitaba a escoger una de ellas, y yo elegí las dos: elegí amar a Cristo dando la vida por Él.

Estudié en el colegio de los frailes menores conventuales, me gustaba mucho estudiar, espero que a vosotros también, y sacaba buenas notas, espero que vosotros también. Desde siempre fui un enamorado de la Virgen María y seguí muy de cerca los pasos de Francisco de Asís, tanto que a los 16 años, comencé el noviciado con los frailes y como en aquella época los religiosos se cambiaban el nombre, me quité el nombre de Ramón y tomé el nombre de Maximiliano para indicar que empezaba en mí una nueva vida.

Pasado un tiempo fundé con mis compañeros un grupo que se llamaba la Milicia de la Inmaculada, con la cual queríamos ir a por todos aquellos que estaban alejados de Dios por ideologías o indiferencia.
Al final me hicieron cura en la ciudad de Roma y celebre mi primera misa en el mismo altar de la Virgen donde un día el judío Alfonso de Ratisbona, se convirtió al catolicismo.

Regrese a mi país y fundé la revista “ El caballero de la Inmaculada” porque pensaba que la prensa escrita era lo mejor para difundir el amor a la Virgen. También inventé unos centros que se llaman las ciudades de la Inmaculada; en polaco Niepokalanov. En la ciudad de la Inmaculada de Varsovia llegamos a vivir mil personas dedicadas por entero a la tirada de la revista; llegamos a repartir 750.000 ejemplares en varias lenguas.

Os cuento también que quise ser misionero y este sentimiento me llegó a Nagasaki (Japón).
Comparto con vosotros mi amor por la Eucaristía y eso me lleva a tener un carácter ecuménico, es decir, me gusta intercambiar ideas con protestantes, judíos y budistas y así ganar almas para Cristo.
Pero llegó el momento de la prueba y fui detenido por los nazis porque ellos entendían que mi labor de amar a todos sin distinción de raza, lengua, pueblo o nación, era una amenaza para sus ideales. Soporté penalidades, siempre dando gracias a Dios.

Viví en 1941 mi viacrucis particular en medio de injurias y vejaciones en un lugar aterrador llamado Auswitch donde solo había odio y sufrimiento, me pusieron un número el 16.670, sin embargo intenté consolar a mis compañeros, compartía mi escasa comida y confortaba a los prisioneros católicos con los sacramentos. Al escapar un preso del campo de concentración condenaron a 10 de nosotros a morir en el bunker del hambre, yo no fui elegido para morir pero sentí la voz del Maestro -que está ahora en el altar- que me invitaba a seguirle dando la vida por los demás. Fue impresionante como un lugar tan horrendo y espantoso fue convertido en una capilla de oración y cantos como lo que estáis haciendo ahora, al final no morí de hambre sino con una inyección letal. Por supuesto morí con 47 años. Desde el día de mi muerte intercedo por vosotros para que vayáis siendo cada vez más cristianos, que vayan sembrando la paz y quitando las barreras que nos separan de los demás. También estoy intercediendo ante Jesucristo para que el próximo encuentro que tendréis el año que viene con el Papa sea una ocasión para confirmar la fe y abrir las puertas del corazón de par en par al Espíritu Santo, no dejéis de rezar.

Atentamente Maximiliano Mª Kolbe

David Abril
Párroco de San Maximiliano Mª Kolbe (Rivas Vaciamadrid)

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Himno de la Diócesis de Alcalá para la JMJ Madrid 2011


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