22/9/07

Aprender a escuchar

No prefiráis nada a Cristo, ya que Él nos prefiere ante
todo lo demás

San Cipriano


Prisas, falta de tiempo, estrés… son algunos elementos que describen la vida moderna. No son factores determinantes, pero sí que es verdad que a veces deterioran algo tan importante como es el escuchar a los demás, el dedicarles tiempo. Y, atención pregunta: ¿Qué es escuchar? Tienes 3 segundos para responder, tic tac tic tac… ¿No se te ocurrió nada? Una posible definición de ESCUCHAR es “acoger a la otra persona”. A veces reducimos la definición al puro “enterarnos del discurso y ser capaces de responder”. No, hijo/a mío/a. No sólo es eso porque sino se pierde a la persona.

¿Para qué sirve “saber escuchar”? En realidad si queremos comunicarnos necesitamos escuchar. Seguro que alguna vez te has encontrado con alguien que suele interrumpirte constantemente cuando hablas con él/ella, quizás no lo haga con mala intención pero es incapaz de dejarte hablar más de un minuto y únicamente interpreta tus dos palabras y te aburre con miles de sus anécdotas. Lógicamente eso no es escuchar. Porque no está acogiendo, no ves pruebas de que intente entender ya no sólo tu discurso, sino lo que piensas, lo que sientes, lo que quieres transmitir. Pero no nos creamos expertos en “saber escuhar” porque este ejemplo no se identifique con nuestra vida. Todos necesitamos “aprender a escuchar”. Sígue leyendo…

Dificultades para acoger a los demás:

Nos cuesta, por nuestro ritmo de vida, hacer un hueco en nuestra agenda para quedar con amigo que nos necesitan. Pero no sólo es eso, cuando estamos en ese diálogo, tenemos que hacer un hueco dentro de nosotros mismos para dejar a un lado el trabajo que tienes que hacer después, que tienes que fregar los platos, tienes sueño… Si quieres escuchar a alguien tienes que aprender a dejar tu persona para meterte en la piel de tu amigo. Por esta razón, tienes que saber que no solo se escucha con los oidos, sino que se escucha con todo el cuerpo. A veces creemos que da igual hablar por teléfono con una amiga a quien le ha dejado el novio y podemos al mismo tiempo estar mirando el horario del cine en intenet (claro, como ella no te ve piensas que se puede hacer). Igual te puede pasar que a veces en clase un colega te está contando lo que ha hecho el finde y tú de mientras no sueltas el MARCA. No puedes hacer estas cosas porque los ojos ponen tapones a los oidos. Tienes que luchar por poner toda la atención en alguien, incluida tu cabeza, y más cuando lo que nos cuentan es algo importante para la otra persona, es parte de su intimidad.

¿No te ha pasado alguna vez que has tenido que ir a rellenar un papel a la universidad, al ayuntamiento, al trabajo etc, y después de que te atendiesen dices “pero si no me ha hecho ni caso”, y POR QUÉ?. Pues porque el que te ha atendido no ha dejado de mirar la pantalla del ordenador, porque ni siquiera te ha mirado a la cara, porque no te ha dado ni lo buenos días o te ha dicho hola. Es por eso por lo que tenemos que ser conscientes de que no nos sobra el tiempo, pero escuchar bien a alguien no está reñido con el tiempo sino con la intensidad. Si ponemos los cinco sentidos en la otra persona todas nuestras relaciones con las personas, sean ocasionales (como ir al médico, al kiosko, hablar con nuestro jefe…) o duraderas (familia, amigos, compañeros…) mejorarán nuestra vida y las de los demás.

Hay otras ocasiones que no es por no tener tiempo, simplemente el problema viene porque tenemos miedo a cambiar cosas nuestras si escuchamos a alguien. Sabemos que si nuestro amigo tiene razón, y el pensar lo que nos dice nos exige dar algún paso, decidimos que es mejor no enterarse de ciertas cosas. Así ocurre que el que no estudia no quiere escuhar a sus padres o a su mejor amigo para que no escuche el “tienes que estudiar más”. Por eso también algunas veces huimos del silencio, huimos de la presencia de Dios, de hablar con gente que nos haga cuestionarnos nuestro itinerario de vida si nosotros sabemos que tendríamos que actuar de otra forma, pero… , como sabemos que cuesta, preferimos dejar que las manecillas del reloj sigan pasando y, ya si eso, mañana cambiaremos algo.

No dejes que unos malos hábitos te impidan descubrir el oro de la vida que se esconde en los pequeños detalles. Esta semana pregúntate cómo escuchas a los demás, examínate y ponte metas concretas. No te asustes pues todos necesitamos aprender.

Si quieres más… espera a la semana que viene porque este nuevo CURSO 2007/2008 en CIRCULAR vas a ver y aprender muuuuchas cosas…


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