21/2/10

Una ayuda más

Hoy te traemos, como dice el título, otra ayuda más para tu vida. Bueno, en realidad es Dios quien te la trae, nosotros te la explicamos un poco. Y es que, y no hace falta que se te diga, la vida es muy complicada. Ya no sólo por las cosas externas (el trabajo, problemas en casa, con los amigos, etc), sino sobre todo por nuestra propia lucha interior. Sí, aunque a veces no seamos muy conscientes, en nuestro interior hay una lucha muy dura, y todos los días estamos tomando decisiones, haciendo cosas, que influyen enormemente en esta lucha y por ello, en nuestra vida.

Esta lucha interior, que es la más importante, la hemos encontrado en los dibujos animados; cuando aparece al lado de la cabeza del personaje un diablillo por un lado, y un angelito por otro. Es una imagen simplista, pero es verdad que, ante determinadas situaciones, uno tiene un debate interno muy parecido: “debería estudiar pero….estoy cansado…no sé…” “tendría que pedir perdón a juanito, pero me da vergüenza” “toca decir la verdad y reconocer mi error, pero si miento…tampoco se van a enterar…” y un larguísimo etcétera. Todos lo hemos vivido.

Hoy vamos a hablarte de un aliado en esta lucha que tenemos muy olvidado: el ángel de la guarda. Claro, lógicamente hay que contar primero con nuestra oración a Dios, con la Virgen…pero sería bueno que también cogiésemos el hábito de tratar con esta ayuda que Dios ha puesto a nuestro alcance.

La idea del ángel de la guarda todos la conocemos. En muchas películas salen ángeles de la guarda por ahí, que si han perdido las alas, que si patatín… películas. En realidad, es algo más sencillo que todo eso. Podríamos pedalear sobre verdades teológicas elevadas, pero vamos a intentar ser sencillos. Lo que llamamos teología nivel usuario. Los ángeles de la guarda son ángeles a los que Dios les ha encomendado una misión específica; que nos acompañen allá donde vayamos para cuidarnos, protegernos y ayudarnos. No, lo siento, no van a recoger tu cuarto por ti, ni tampoco harán tu trabajo. Pero sí te ayudarán a ti a hacerlo. Su ayuda es muy efectiva (Dios no pierde el tiempo), pero como hace el mismo Señor, respeta tu libertad. Te puede recomendar que no acuchilles al vecino por poner la música alta en época de exámenes, pero si te empeñas…

¿Cómo puedes tratar a tu ángel de la guarda? Bueno, empieza por ponerle un nombre. Ya que es tu ángel de la guarda, puedes llamarle como prefieras. Está ahí para ti. Una vez decidas como llamarle, puedes tratarle como a un compañero de viaje, que es lo que es. Si necesitas ayuda para hacer un trabajo, para derrotar a una tentación, para tomar una decisión…cuenta con él. No es Dios, pero es otro link para llegar a Él, y si el mismo Señor te lo ha puesto, para algo será, ¿no crees? Te ayudará a rezar, a vencer tentaciones, a recordarte qué tienes que hacer, cómo debes tratar a los demás. Un Pepito grillo, vaya.

Pero además de eso, es bueno recordar que toda persona tiene su propio ángel de la guarda. Y todos tienen el mismo objetivo: acercar al ser humano a Dios. Por eso, ellos pueden ayudarte en ciertas situaciones concretas. Imagina que tienes un amigo que lleva un tiempo muy mal. Ha caído en algún vicio que le está haciendo daño, o está en un momento difícil de su vida y necesita ayuda. Pero por lo que sea, no está dispuesto a escuchar a nadie. Un buen día consigues quedar con él para charlar. Antes de llegar a la cita puedes armarte bien para ayudarle; reza a Dios, pídele intercesión a la Virgen, pide un capote a tu ángel de la guarda y…¡¡¡también al suyo!!! Si es algo bueno lo que tienes que decirle, su ángel de la guarda estará encantando de ayudarte. Así, pasa de ser 1 contra 1, para ser 4 contra 1.

Esto a veces nos puede sonar a ciencia ficción, pero es real. El ángel de la guarda te puede ayudar de verdad, y se nota su auxilio, aunque uno mismo se sume los tantos como suyos. No pierdas el tiempo, ¡hazte amigo de tu ángel de la guarda!

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