24/10/11

Renovación Carismática: “Conocer la Iglesia ha sido tener vida en abundancia”


Para empezar me gustaría decir que la Renovación Carismática no es un movimiento como tal. La Renovación Carismática es "una corriente de gracia" que renueva en la sociedad actual los dones y carismas de la primera comunidad cristiana.

La conocí porque me invitaron unos amigos a ir un día a un grupo. Me llamaba la atención, había oído hablar de ella, y para ser sincero fui a ese grupo con algún que otro prejuicio, me habían dicho que los carismáticos eran unos exaltados, levantaban las manos, cantaban y bailaban muy efusivamente, algunos se ponían a hablar cosas extrañas, etc.  Como siempre nos pasa, nos dejamos llevar fácilmente por aquello que nos cuentan sin haberlo vivido antes personalmente. Puedo decir que me gustó mucho más de lo que me esperaba, desde entonces me sentí muy llamado a continuar profundizando y creciendo dentro de esta realidad de la Iglesia.

Lo que más me ha aportado en mi vida espiritual es el descubrir la importancia de la alabanza a Dios mediante la música de una manera nueva y la presencia de la Persona del Espíritu Santo que actúa en la Iglesia con sus dones y carismas. La Persona del Espíritu Santo sigue siendo muy desconocida entre los cristianos.

¿De qué va todo esto?
No tiene fundador, pues no es un movimiento. Es Dios mismo quien ha querido suscitar esta corriente de gracia en estos tiempos. La historia de la Renovación Carismática Católica está unida al concilio Vaticano II y al papel que en él se asigna a los laicos dentro de la Iglesia. Para comprender la Renovación en el Espíritu, hay que asomarse a la experiencia de los Apóstoles en Pentecostés. El Cenáculo es el lugar donde los cristianos se dejan transformar por la oración, en torno a María, para acoger al Espíritu.

El 18 de febrero de 1.967, treinta estudiantes y profesores de la universidad de Duquesne en Pensylvania, hacían un retiro espiritual para profundizar en la fuerza del Espíritu. De pronto recibieron una efusión del Espíritu Santo, la iniciativa como siempre es de Dios. Se empezaron a manifestar entre ellos los dones y carismas que vemos que se daban en algunas de las primeras comunidades cristianas como nos lo atestigua San Pablo en la carta a los Corintios.

Dice San Pablo en 1 Co 12,4-11: Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos. A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común, porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad.

Lo que sucedió en ese grupo de estudiantes y profesores es lo que cuenta aquí el Apóstol, la iniciativa es del Espíritu Santo que distribuye sus dones y carismas como quiere. En ese grupo a unos se les dio el carisma de profetizar, a otros el de la diversidad de lenguas, etc. El Espíritu Santo a partir de ese 1967 ha querido suscitar esta corriente de renovación en la Iglesia. De pronto comenzaron a aparecer grupos de oración que nadie planeaba, ni convocaba, se multiplicaron como pequeñas luces en un estadio. Era la libertad del Espíritu que estallaba por todas partes: "la libertad de los hijos de Dios". Con vitalidad sorprendente, la Renovación Carismática se ha difundido por todo el mundo, alcanzando en la Iglesia Católica la cifra de 72 millones.

Ahora la Renovación Carismática la forman grupos de todas las edades y condiciones -casados, solteros, religiosos, jóvenes y mayores- que desean vivir la buena noticia del Evangelio dando al mundo un testimonio de luz y esperanza.

Nunca hay que olvidar lo que nos dice el Catecismo en el nº 799: Extraordinarios o sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen directa o indirectamente, una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.

Los carismas no son superpoderes, son gracias que el Espíritu Santo otorga para la edificación de la Iglesia. Cuando se manifiestan en un grupo de la Renovación Carismática sólo se dan con ese fin, para la edificación de todos. Sería muy largo hablar aquí en qué consiste cada carisma. En la Renovación se da formación para profundizar más en ellos. Realmente los carismas no son lo más importante, lo que importa es la caridad, el ir creciendo en el amor a Dios y al prójimo.

Paso ahora a describir lo que se hace normalmente en un grupo de la Renovación. Se suele reunir el grupo cada semana. Se comienza con alabanza a Dios, con música, cantos y momentos de silencio. Se trata de alabar, adorar al único digno de adoración y para ello nos servimos de la música, el cuerpo es también muy importante para expresar la alabanza a Dios, ya sea bailando, de rodillas, con las manos extendidas o sentados. Canciones de todo tipo, se invoca mucho al Espíritu Santo. Luego se lee la Palabra de Dios y se comenta en el grupo. A continuación uno da la enseñanza sobre un tema de formación o vida espiritual. Sigue un rato de alabanza y música. Se finaliza con testimonios, avisos y un canto final. Cada semana el grupo se reúne en un día fijo, en una de esas semanas se celebra la Eucaristía, aunque esto depende de cada grupo. El grupo de la Renovación lo forman cristianos que están de por sí comprometidos en sus parroquias o en otras realidades de la Iglesia y que se juntan semanalmente para orar juntos mediante la alabanza a Dios, la lectura de la Palabra y la vida fraterna.

En cada grupo existen distintos servicios que se ejercen entre los miembros, librería, música, liturgia, intercesión, acogida, etc. En cada grupo hay unos responsables que son llamados servidores y que se encargan de coordinar la marcha del grupo.

Para los que empiezan la Renovación Carismática los llamados "Seminarios de vida en el Espíritu" para evangelizar con la fuerza del primer anuncio. El Espíritu se derrama con poder y nacen en los que los hacen conversiones radicales, vocaciones al sacerdocio, a la vida contemplativa. Compromisos con la sociedad, con los pobres, los presos, los enfermos. A lo largo de siete semanas, la trayectoria va del encuentro personal con Jesús, al descubrimiento de la Comunidad, para terminar con el compromiso ante la sociedad. Al final es imposible dejar de proclamar que Cristo vive hoy; que está a nuestro lado, que es nuestra vida.

Durante el año se organizan asambleas diocesanas, regionales y nacionales, son encuentros más grandes entre distintos grupos de la Renovación ya sea a nivel diocesano, por provincias o a nivel nacional.

La Iglesia y yo
Estuve varios años en el movimiento de cursillos de cristiandad. Más tarde conocí la Renovación y me sentí llamado a seguir creciendo en la fe en esa espiritualidad. Actualmente soy seminarista de 5º curso de Alcalá, preparándome para ser sacerdote si Dios quiere. Siendo seminarista colaboramos en distintas parroquias cada año con catequesis, grupos de jóvenes, visita a enfermos, etc. Participamos también en las oraciones y peregrinaciones de la diócesis. Ahora en el seminario no acudo a mi grupo de la Renovación porque tenemos otras tareas en el seminario, pero en verano suelo ir a la asamblea nacional donde se reúnen carismáticos de toda España en un encuentro multitudinario de tres días.

Para mí conocer la Iglesia ha sido tener vida y vida en abundancia, tener por tanto a Jesucristo, que es la razón de mi existir y lo mejor que me ha ocurrido. Es saberte parte de la gran familia de los hijos de Dios, en Ella aprendí y aprendo a caminar en comunidad, a crecer en el conocimiento de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. En Ella doy gracias por todos los regalos que Dios nos concede, regalos como son la multitud de movimientos y carismas que Dios nos da para la edificación del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Una gran riqueza que aun se presenta como algo por descubrir entre los cristianos, vosotros en Grupo Circular estáis ayudando a dar a conocer esta enorme y maravillosa riqueza.

En la Renovación aprendí a descubrir la primacía de Dios en todo lo que vivimos, todo es presencia y gracia, Dios está continuamente acompañándonos y ayudándonos en este peregrinar de nuestra vida. En mi grupo crecí en el amor a la Biblia, a la Eucaristía, a la oración, a la alabanza y adoración, a la vida comunitaria y fraterna, a María.

Ahora que camino hacia el sacerdocio sólo puedo dar gracias a Dios por todo lo que me regala cada día. Lo he tenido todo, una buena carrera, un buen trabajo, amigos, un futuro prometedor, etc., pero sólo puedo decirte a ti, que estás leyendo estas líneas, que no hay nadie como Él, nada llena la vida como Él, la verdadera felicidad está en seguir el camino que Él quiera para ti sea cual sea. En definitiva buscar hacer su voluntad en todo, así serás libre y feliz. Vivir en comunión con Él.


Francisco Rodríguez González

No hay comentarios: