24/10/11

Vivir en cristiano


A estas alturas del verano uno puede estar maquinando y especulando sobre la posibilidad de meterse en un grupo de jóvenes católico o bien crearlo. Es algo bueno y necesario, ya que como sabe todo el mundo, la fe no puede vivirse solo. Necesitamos de la compañía de gente como nosotros que nos puedan alentar, ayudar y servir de ejemplo en nuestro caminar.

Precioso. Magnífico. Espléndido. ¿Pero cómo?  Del dicho al hecho… ya sabes, y la realidad es que a menudo un grupo cristiano de jóvenes crea más quebraderos de cabeza que soluciones. Y es que el combinar teoría con la humana forma de hacer las cosas es difícil. De hecho, quizás muchos de vosotros hayáis sufrido alguna de estas experiencias poco gratificantes de ver cómo tu grupo de jóvenes cristiano se destruye a sí mismo, o simplemente nunca logra ser lo que debería ser. Existe un matiz inicial que a lo mejor puede ayudarte si estás por la labor de emprender tamaña tarea.

Evitar dos vicios contrapuestos
Tras algún tiempo de experiencia personal y de otros que ha llegado hasta mí, puedo declarar solemnemente que rastreo dos vicios importantes a extirpar as son as possible. El primero de ellos es aquel que tiende a pintar el grupo de jóvenes como un grupo meramente de formación. Sóloformación. O sea, yo voy al lugar donde mi grupo se reúne a oír una chapa y me piro. En el fondo, se convierte en una especie de paréntesis en mi vida: vivo, voy al grupo a oír sobre un jambo llamado Jesucristo, y sigo viviendo. Uno no sabe muy bien qué tiene que ver Dios con el resto de mi vida, pero supone que bueno, está cumpliendo con alguna forma de precepto y tal. Tira adelante con eso. Efectivamente, eso tiende a durar intermitentemente algunos meses. Si Cristo es como ir a la academia de inglés, pero no tengo examen además… se abandona. Para cualquier ser humano ese planteamiento es estéril porque el cristianismo queda en el ámbito de la teoría abstracta.

Por otro lado, es evidente que existe un vicio antitético. Y éste surge muchas veces por nuestra obsesión (errónea) de querer maquillar, adornar, a Cristo y la vida cristiana: “como la juventud de hoy día está lejos de Dios y le torra la religión, vamos a ofrecerles algo más atractivo, más light para ellos, más acorde a su vida para que no se vayan”. ¿En qué se concreta este vicio? En hacer grupos de jóvenes católicos vacíos, sin contenido más allá de quedar y pasárselo bien. Es un grupo de amigos más, pero Dios no entra, o entra sólo lateralmente, como aditamento. Véase una convivencia donde se hace de todo menos profundizar en la relación con Dios, más allá de una cierta Misa o alguna charleta metida con calzador. Se quiere hacer tan atractivo, que guillotinas la esencia del por qué del grupo. Al final, el grupo muere como un grupo de amigos más, por algún pique-chorra. Durante el tiempo de su existencia, el Señor ha sido algo tangencial, sin importancia, como si fuera ir a ver el fútbol al bar los domingos. Este segundo vicio no deja de ser una forma de duda y falta de fe cara al poder de Dios. Jesús no necesita ser adornado, Él en sí mismo es exactamente lo que el corazón humano, también de cualquier joven, busca. No lo maquilles, confía en su poder. Sólo Dios basta.

Una propuesta de síntesis
Es probable que la clave de todo sea que necesitas crear un grupo de jóvenes donde VIVAN. Donde todo se integre de una forma natural y equilibrada. Donde los chicos aprendan el arte de vivir desde el Señor. Y claro, vivir no es recibir una charla; eso aislado muere en la corriente de la vida. Pero tampoco significa hacer todo ocio y diversión sin más, porque entonces la vida también se los lleva. Vivir supone conocer a Cristo en medio de las circunstancias de la vida, de todas: tener formación, oración, y también diversión y ocio experimentado desde el Señor. Es más, el joven acaba por percibir que la diversión es más plena cuando está cerca de Dios. Esto ocurre cuando lo compara con otros grupos de amigos (que está genial que los tenga) y nota la diferencia. Al mismo tiempo, entiende y vive mejor la fe cuando está integrada en su vida plenamente, y no como paréntesis. Vida con centro en el Señor es la propuesta mejor para un grupo de jóvenes. Aunque suponga que, de inicio, muchos no se acerquen: aceptemos la libertad, no hagamos marketing de Dios. Ya Dios se irá encargando de bendecir el grupo, aunque suponga años de esfuerzos.

¡Ánimo, ten fe, rézalo!

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